A sus 20 años, Candela Suyai Berbel cumplió con un sueño que siempre imaginó: ser Reina Nacional de la Vendimia. “Siempre, desde chica, estuvo presente en mí la Vendimia; a mi mamá le gusta mucho el ambiente vendimial. Ella me lo inculcó y a mí no me costó para nada aceptarlo”, comenta con una sonrisa.
Al trono de Malargüe, su departamento, y ahora al nacional, llegó con una ventaja: su experiencia en reinados. La bella morocha que se coronó anoche en el teatro griego fue Reina Nacional de los Estudiantes en 2010 y Reina Provincial del Agua en 2011.
Así, ponerse la corona máxima de la Vendimia es como el paso siguiente que Candela esperaba dar. “Creo que todas nos imaginamos ser Reina y la verdad es que yo lo quería mucho. Es una responsabilidad enorme porque ya no sólo estás representando a tu departamento, sino también a la provincia entera. Pero me siento preparada, aunque sé que tengo que capacitarme más todavía”, dice con seguridad.
Simpática y "socialera"
Candela cursa el segundo año de la licenciatura en Publicidad en la universidad Juan Agustín Maza. Por razones de estudio, vive en la ciudad de Mendoza junto a su hermana Melanie.
Además, tiene un hermano de 34 años, Diego, que vive en Neuquén junto a su padre, Paco. Por eso fue su madre, Mabel quien siguió todas las instancias del reinado de su hija y quien viajó desde Malargüe para estar presente anoche en el Acto Central -acompañada de familiares- y ver finalmente cómo su hija se transformaba en la nueva Reina Nacional de la Vendimia 2013.
Extrovertida y decidida, Candela se autodefine como “simpática y socialera. Estoy mucho con amigos y disfruto de mi familia, como así también sé pasarlo bien viendo una película en mi casa. Me gusta ir a eventos culturales, sobre todo, si son muestras fotográficas”, amplía y se proyecta: “Me imagino ser madre en un futuro y formar mi familia. pero es algo apresurado pensar en eso todavía”.
Justamente, la fotografía es una de sus pasiones, junto al modelaje. Tiene una cámara y realiza cursos permanentemente. Actualmente, trabaja en una revista de publicación mensual dedicada a la vida social y son muchas las ocasiones en que se la puede ver entrevistando y cubriendo una noticia para el medio.
Aunque sus nuevas responsabilidades como soberana serán mayores, no se olvida de su pueblo: “Tengo muchas ganas de empezar a trabajar y ayudar a los ancianos. No es que estén olvidados, pero es necesario hacer más por ellos. Los niños son otra de mis inquietudes en Malargüe. Es increíble cómo reaccionan cuando ven a una reina y cómo escuchan todo lo que una les dice”, afirma y agrega contundentemente: “Trabajar con la porción de la sociedad que mañana va a hacer el mundo me parece muy importante”.
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