Eran los árbitros electorales en Mendoza, los terceros en discordia. En algún momento crecieron y llegaron a ganar una elección, la del ?97. La elección del domingo pasado lo puso en otro lugar muy distinto, lejano a la gloria, motivo por el cual el Partido Demócrata se lanza a la búsqueda de explicaciones y pistas para renacer.
El presidente del PD, Richard Battagión, hace el mea culpa: "El mensaje de las urnas es inapelable y revela el desencanto de los mendocinos con la realidad actual del PD", pero expone sus atenuantes en la figura del candidato radical Julio Cobos, a quien califica como una "aspiradora de votos".
"Los independientes tuvieron un voto de protesta contra el agotado modelo kirchnerista y para eso eligieron a Cobos y, para marcar la decadencia de Mendoza otros votaron a la izquierda", dice Battagión, aunque afirma que "eso no nos exime de la responsabilidad de haber perdido fuerza y haber desdibujado al partido".
En esa responsabilidad, Battagión indica que la pérdida de identidad es fruto de las fracturas internas, a las que calificó como "un virus intrahospitalario". Entonces el archivo periodístico lleva a las luchas que enfrentaron a los demócratas entre sí en los últimos años. Y la mayor parte de ellas está vinculada a los acuerdos electorales en los que participó el PD. Y está claro también que el hombre fuerte que marcaba la dirección a seguir, al menos en los últimos años, es Omar de Marchi. De hecho, Battagión es aliado de De Marchi.
En 2011, a pesar de esa interna que hubo, el empuje de De Marchi y los suyos forzó un acuerdo electoral para la elección. El frente con el Pro y Es Posible (la fuerza de los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá) fue relativamente exitoso, al punto de permitirle a los demócratas sumar 17 puntos y una banca en la Cámara de Diputados nacional.
Battagión indica que al momento de asumir la presidencia partidaria, en mayo pasado, buscó reeditar ese frente exitoso para las primarias de agosto y las generales de octubre, pero se encontró con la negativa de Daniel Cassia, lo que sacó del juego a Es Posible. Así el PD terminó en un acuerdo con el Pro, que apenas obtuvo el 5% de los votos y lo hizo tocar fondo.
Es llamativo que la gran fractura demócrata sean estas decisiones electorales. Uno de los críticos es el intendente de San Carlos Jorge Difonso, quien indica que los sucesivos acercamientos al macrismo "han licuado al PD. Significa un giro a la derecha que lo debilita y lo hace perder visibilidad. Desde 2009 somos una sucursal del Pro". Se le recuerda el resultado exitoso de la alianza de 2011. Entonces Difonso dice "también estaban los Rodríguez Saá en el frente. Era otra cosa".
De Marchi reivindica la política de alianzas que viene llevando el PD y apuesta a que la salida va en profundizar la relación con el Pro y con Mauricio Macri, a quien consideró "un candidato propio, que interpreta el pensamiento del PD". Y luego señala que los críticos de los acuerdos electorales "a la larga se terminan sirviendo de ellas".
Carlos Aguinaga dice que el PD es un partido progresista, que "representa las ideas que la gente quiere: democracia, república, federalismo, propiedad privada, capitalismo humano. Deberíamos ganar con esas ideas. Son las ideas exitosas en el mundo" y luego propone trabajar en la conformación de un frente antikirchnerista que ponga a toda la oposición en la gobernación de Mendoza en 2015. "Eso fortalecería al PD. Deberíamos competir en la PASO en un frente con el radicalismo, con el Pro, con Libres del Sur", dice.
Battagión le responde a Aguinaga: "La falta de desarrollo de este país es culpa del peronismo y la UCR es cómplice de ese fracaso".
Otro de los consultados es Alberto Sánchez. Ex legislador y hombre cercano a Carlos Balter, se considera casi retirado, aunque dispuesto a ayudar a quien quiera hacerse cargo de la recuperación.
Sánchez recuerda que hubo otra situación como la de hoy, allá por el ?91, cuando el PD sacó un 7% de los votos, que le alcanzó para ser tercero y meter un senador y un diputado. Sánchez recuerda que en ese momento empezó una construcción política, cuyo clímax llegó seis años después, cuando Balter ganó la elección legislativa ?97 y en ?99 le faltaron unos pocos puntos para arrebatarle la gobernación a Roberto Iglesias. Sánchez declara que "al PD le hacen falta las PASO provinciales", es decir, la apertura de prepo al único partido que aún tiene internas cerradas.
De Marchi agrega que el PD tiene una crisis electoral fuerte cada 10 ó 12 años. Recuerda que en el ?83 sufrió un fuerte revés; luego también se retrotrae al ?91 y a 2003. "Ahora en 2013 nos pasa lo mismo. Las causas no son únicas y todos tenemos una parte de responsabilidad. No es una campaña buena o mala el problema. El problema son los desencuentros", afirma.
