“Un sueño no se cuenta, se lucha y se hace realidad”. Este Godoy Cruz quiere hacer propio ese precepto. Porque nadie más que todos y cada uno de los integrantes del mundo Tomba, anhelan que este espectacular presente del equipo siga siendo una hermosa realidad. Hoy por hoy, le guste a quien le guste, Godoy Cruz es Mendoza. Es la representación de nuestro fútbol en la elite del fútbol argentino.
Este equipo, que recuperó el protagonismo en base a cimientos sólidos y una apuesta ofensiva interesante, comenzará a recorrer hoy la segunda parte de un torneo que lo puede catapultar a los libros de historia. Culminar primero en su zona le daría la posibilidad de enfrentar en una final al ganador de la zona 2. En el peor de los casos, terminar segundo significaría jugar la Copa Libertadores por tercera vez en su historia. Casi nada, casi todo.
Con el regreso de Fernando Godoy (cumplió dos fechas de suspensión) por Ángel González, Méndez recupera un pilar de la mitad de la cancha. No lo tendrá a Carabajal (ni tampoco al Mago Ramírez como rueda de auxilio en el banco), es cierto. Pero el Monito Silva viene cumpliendo en una estructura cuyo funcionamiento ha mostrado, hasta aquí, muy pocas falencias.
Se vienen dos partidos bisagra, como se dice habitualmente y no es para menos. Vélez (por más ausencias que presente) en su estadio siempre fue un rival complicado y más para Godoy Cruz (ver Historial). Y ni hablar del compromiso del próximo viernes a las 21.15 frente a San Lorenzo en el Malvinas Argentinas. ¿Y qué mejor sería que llegar a ese duelo como único líder?