El tribunal de apelación que confirmó la condena a Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción alejó las posibilidades del ex mandatario de presentarse en las elecciones presidenciales de octubre, aunque sin hundir definitivamente su candidatura.
El fallo ha creado un clima de incertidumbre inédito en el país, ya que Lula lidera los sondeos pero podría ser declarado “inelegible” poco antes de la votación.
Lula se declara inocente, asegura que nunca recibió siquiera las llaves del departamento que le adjudican y atribuye la condena a una conspiración para invalidar su candidatura.
Pero el primer efecto de ese fallo fue acrecentar la combatividad del ex líder sindical, de 72 años.
Los analistas de Capital Economics consideran que “el hecho de que el veredicto haya sido unánime reduce las posibilidades de apelación de Lula”.
Los partidarios y detractores del ex mandatario seguirán evaluando de maneras diametralmente opuestas la equidad de la sentencia.
Los primeros acusan a la justicia de haber sido sospechosamente veloz a la hora de actuar contra la emblemática figura de la izquierda brasileña y
alegan que las pruebas contra Lula obtenidas mediante acuerdos de “delación premiada” con otros acusados son muy frágiles.
Los segundos estiman que Lula y el PT son, al igual que todas las formaciones políticas del país, corruptos, por lo que merece ir a la cárcel.
La derrota judicial de Lula tendrá importantes consecuencias en los comicios presidenciales y desencadenará probablemente una larga batalla judicial, a 9 meses de que la mayor economía latinoamericana vaya a las urnas.
“Es una situación inédita en Brasil”, subraya Fernando Schüler, del Instituto Insper. “Lula es el favorito de las elecciones y su candidatura es incierta. Esta situación es dramática para la democracia”.
El fallo “complica la carrera de Lula hacia las presidenciales, pero no la frena”, asegura Capital Economics. “Tiene 30% de posibilidades de estar en la pelea”.
La evaluación de los analistas de Eurasia Group es similar. “Su apuesta presidencial no ha sido enterrada. Por eso no bajamos sus posibilidades de participar a menos de 30%”.
Según los últimos sondeos, más de un tercio de los brasileños están dispuestos a votar por Lula, una cifra muy superior al de su competidor más cercano, el diputado de ultraderecha Jair Bolsonaro, que cuenta con el 17% de respaldo.
El presidente conservador Michel Temer, también afectado por escándalos, no optará a la reelección.