Tito Nievas: el perseverante custodio de las costumbres

Poeta y locutor de La Paz, reconocido por el gobierno provincial, es un digno representante de la tradición argentina.

Tito Nievas: el perseverante custodio de las costumbres
Tito Nievas: el perseverante custodio de las costumbres

"Mi nombre es Tito Nievas, / se lo digo de esta forma, / soy de los pagos de La Paz, / que es la tierra de Palorma", recita no sin orgullo y bajo la sombra de una parra frondosa. El hombre viste de paisano porque es su costumbre: lleva boina colorada y pañuelo al cuello con nudo de espuela; también una manta sobre el hombro derecho, camisa sencilla, bombacha de gaucho y alpargatas.

Ya lo ha dicho él mismo y con la musicalidad de su copla, se llama Tito Nievas, tiene 68 años y es paceño; también es poeta y decidor de las historias de su pueblo, que no han sido pocas ni tediosas y que él recupera caminando los campos de la memoria para luego transmitirlas y que no se pierdan.

Este año el gobierno provincial le hizo un homenaje y lo distinguió frente a sus vecinos como referente de la cultura popular y las tradiciones. Le pregunto por el asunto y lo admite con pudor: "Es cierto, me ha llegado algún reconocimiento porque he intentado hacer cosas que otros, tal vez con más sabiduría, no hicieron. A mí me ayudó la perseverancia, soy picudo y medio cabeza dura".


    Mariana Villa
Mariana Villa

Don Tito Nievas guarda bajo la boina una docena de proyectos y tiene en marcha otros tantos, todos relacionados con personajes y tradiciones paceños, como la "Serenata Cuyana" que se canta ante la tumba del compositor Félix Dardo Palorma cada 23 de mayo.

“A Palorma le hacen mil homenajes, a mí se me ocurrió visitarlo con una serenata en el cementerio donde descansa”, cuenta Nievas y dice que ese día, el del natalicio del músico, hay una fiesta con locro y pasteles, con cuecas y tonadas de la que participan muchos amigos y hasta el  municipio. Dice que hoy es un evento lindo, casi multitudinario, pero que costó que prendiera: “El día en que con Carlos Alcaraz hicimos la primera serenata, allá por 2002, hubo que llevar un grabador hasta la tumba porque no había quién tocara la guitarra”.

Don Tito pretende que el nuevo gobierno municipal, que asumirá en diciembre, institucionalice en las escuelas paceñas el estudio de la figura de Palorma. Él ya ha hecho el camino previo y recorrido las escuelas de su pueblo para recitar versos del autor de ese himno mendocino que es "Póngale por las hileras" y está convencido de que los jóvenes debieran estudiarlo, no solo para conocer al artista paceño más importante sino para arrimarse a las tradiciones de la tierra en la que viven.

En junio, Tito le hace un homenaje a otro artista de la región, Pedro Palacio Guevara, "que tenía la particularidad de escribir sobre los personajes de su pueblo" y también ha rescatado historias como la cruz del Guachito Peludo, levantada al costado de la ruta y que custodia el cuerpo de Romualdo Tobares, quien murió apretado por su propio caballo. O la de las ánimas de Playas del Toro: relatos no escritos que precisan de los recitados para sobrevivir.


Estampa clásica. “Me visto siempre así, aunque me miren raro”, dice con orgullo Tito Nievas. | Mariana Villa
Estampa clásica. “Me visto siempre así, aunque me miren raro”, dice con orgullo Tito Nievas. | Mariana Villa

"Yo no sé por qué me gusta esto pero me comencé a historiar (sic) y a juntar testimonios para saber, por ejemplo, que al sur de Desaguadero existió Puerta de la Isla, una estancia que supo tener su propia escuela, un registro civil y comisaría. Fue un poblado del que hoy no hay rastro ni comentarios", dice don Tito, y completa: "Alguna vez alguien me arrimó una silla de esa escuela, como testimonio de que el lugar existió, más allá de que casi nadie lo sepa".

Para el 7 de julio –ya es costumbre en La Paz– Nievas organiza una cabalgata de 30 kilómetros por el monte hasta el desaparecido paraje de Cadetes de Chile, lugar que homenajea el trágico accidente de trenes que en 1927 se cobró la vida de 30 personas, entre ellas un grupo de militares chilenos que viajaba a Buenos Aires para participar de los festejos patrios por el 9 de Julio.


    Mariana Villa
Mariana Villa

"Con un grupo de amigos estamos detrás de que el lugar resurja, al menos como recordatorio de lo que allí ocurrió. Ya reparamos la capillita y queremos hacer un vía crucis", dice Nievas, y cuenta que esa cabalgata anual demanda dos días e incluye un almuerzo y un acto homenaje: "En  Lavalle conseguí un Cristo huarpe tallado a mano por un descendiente de indios. Y ya lo colocamos en Cadetes de Chile".

Otra cabalgata que realiza cada año es al paraje de la Cruz del Yugo, lugar que recuerda la huida de los pobladores de la antigua villa de Corocorto, cuando en 1868 el poblado fue atacado por un malón de indios ranqueles: “Los que lograron escapar siguieron un camino penoso en el que murió mucha gente. Allí, con el yugo de las carretas les hicieron una cruz y fueron enterrados; el resto fundó el pueblo de Arroyito”, cuenta con pasión: “Nosotros cabalgamos a la Cruz del Yugo para encender unas velas y rezar por esa gente”.

Luego de tantos años de trabajar por la cultura popular y las historias locales, la figura de Tito Nievas es conocida en en buena parte del Este mendocino, al punto que en un carrusel estudiantil, un grupo de alumnos le pidió retratarlo: "Me hicieron más barbudo y gordo de lo que soy", recuerda Tito con una sonrisa, y cierra: "Me copiaron hasta la boina, el pañuelo y la manta porque ando siempre así, vestido de paisano, aunque algunos me miren extrañados, de costadito. Pero no me molesta".

Un nexo para la gente que vive en los puestos

Don Tito Nievas es también locutor de radio, no tiene título pero sí la experiencia de un programa que ya cumplió 20 años. Se llama "Mateando con nuestra gente" y sale por dos radios, una en La Paz y la otra en Las Catitas. 

“Escuchamos tonadas y cuecas, la gente llama y comenta; también sirve el programa como nexo para llevar noticias e información a los puestos, donde no hay celular y solo la radio llega. Así la gente se entera de que está llegando un pariente y que hay que ir a buscarlo a la ruta o que hay alguien enfermo o que llegó tal encomienda. Son cosas del campo que la gente de la ciudad tal vez no entiende pero que acá son importantes".

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