"Algunos compañeros me cargan porque voy siempre a clases. Capaz que hacen apuestas para ver si falto alguna vez", cuenta, divertido, Roberto Acevedo (12), quien con su promedio de 10 y asistencia perfecta, es abanderado de la escuela paceña Ferrocarriles Argentinos: "Para mí ir a la escuela todos los días es normal, me gusta aprender y estar en el aula".
Roberto vive en La Paz. Sus amigos le dicen Tito. Con ese apodo lo llaman con cariño en el barrio y en la escuela, también los compañeros del club de fútbol y sus papás, Walter y Soledad.
Sus progenitores, como no podía ser de otro modo, son los que atesoran las libretas de toda la primaria, en las que se confirma ese dato que no deja que ser curioso y que dice que Tito nunca, jamás, faltó a clases, desde que empezó el primer grado, una mañana de marzo de 2012.
"A mi hijo nunca le ha gustado faltar a clases y, aunque en estos años, como todo el mundo, hemos tenido más de un motivo, él igual todas las veces pidió ir a la escuela", cuenta Walter, quien es empleado de la GNC de La Paz, esa que está a un costado de la ruta 7 después de la curva grande de ingreso al pueblo. "Fíjese, por ejemplo –advierte el padre, para subrayar el esfuerzo–: mi hijo siempre ha sido regalón con sus abuelos, pero cuando falleció mi papá, el Tito pidió ir a la escuela. '¿Vos no te enojás conmigo si voy?', me preguntó. Y, ¿cómo me iba a enojar?".
La escuela 1-526 Ferrocarriles Argentinos es una de las once primarias que tiene La Paz y, además, una de las cuatro que hay en la villa cabecera.
En 2015, el establecimiento cumplió 50 años y hoy cursan allí casi 250 alumnos. Muchos de los alumnos son del barrio Tomás Godoy Cruz, el mismo en el que funciona la escuela y vive Tito con su familia. Pero otros chicos vienen de más lejos, algunos del sur del pueblo, cerca del río Tunuyán.
"Tito es buen alumno, responsable y cumplidor, aunque no hace falta que yo lo diga, está más que claro en las notas de su libreta", comenta el maestro y secretario de la Ferrocarriles Argentinos, Dante Campos. El docente, además, resalta un dato: "Lo que también hay que contar y que no sale en esas nota es que él además, es un chico solidario con la escuela. Y no sólo Tito, también su familia".
A Tito le gustan las matemáticas. Dice que es su materia preferida en clases y que los números y las cuentas se le dan bien; igual, el muchacho se hace un tiempo para el fútbol y juega en la "sub 14" del Club Maquinista, institución deportiva que surgió de los ferrocarriles y tiene una cancha precisamente al sur de las vías. Allí, Tito Acevedo forma parte de la defensa del equipo y juega de 2. Maquinista es uno de los nueve cuadros de la liga infanto-juvenil de La Paz y el club tiene en ese torneo local varios trofeos en las vitrinas.
Una de las anécdotas de Tito que involucran a la escuela y al fútbol dice que una tarde, su papá lo llevaba en bicicleta a entrenar cuando, en un descuido, el muchacho metió el pie en los rayos de la rueda: “Fue terrible y terminamos en el hospital Perrupato, donde le entablillaron el pie. Así y todo, al otro día nos pidió ir a la escuela, no quiso faltar y casi sin poder apoyar el pie estuvo en clases”, recuerda el padre.
Los papás guardan decenas de historias parecidas y cuentan, por ejemplo, que Tito no ha faltado ni siquiera cuando lo han hecho sus maestros, adheridos a algún paro: "Él va igual, todos los días", insiste la mamá: "Una vez, el despertador no sonó y nos quedamos dormidos. Hubo que salir a las disparadas, llegamos un poco tarde pero tampoco ese día faltó". Tito tiene un hermano mayor, Rodrigo (22), que estudia Educación Física en San Luis y está cerca de recibirse. "Yo cuando sea grande me gustaría ser oficial de policía", cuenta el muchacho y se entusiasma con la idea: "Me gusta eso, para ayudar a la gente".
Otro paceño destacado
En abril, otro niño paceño también fue noticia por su rendimiento escolar: Atilio Hernández (12) recibió un premio como el mejor estudiante de primaria del país.
El joven, que tiene promedio 10 y cursa 7º grado, compitió en la instancia final con chicos de Buenos Aires, Chaco, Chubut y Salta. El muchacho, abanderado de la escuela rural Juana de Jesús Aguirre de Quiroga, en el pueblo de Villa Antigua, viajó en abril a Misiones con sus padres, sus hermanos, una maestra, la directora y ocho compañeros de curso a recibir su premio, que cada año entre Misiones Online, entidad que destaca el rendimiento de todo el país, en un concurso del que participan centenares de estudiantes.
“Me gustan todas las materias, pero especialmente Matemática”, dice Atilio cuando uno le pregunta por el estudio. Asegura que no le cuesta estudiar y que aprendió de sus padres a ser “ordenado con las cosas de la escuela”.