El gabinete del democristiano Enrico Letta prestó juramento ayer en el palacio del Quirinal en Roma, en una ceremonia solemne empañada por los disparos de un "desesperado" contra carabineros, frente a la cercana sede del gobierno.
Letta, a quien el presidente Giorgio Napolitano le encomendó el miércoles formar un gobierno y que aceptó esta función oficialmente el sábado, fue el primero en jurar sobre la Constitución. Le siguieron los 21 ministros de su gabinete.
En medio de la ceremonia, pero sin que los participantes se enteraran, un hombre hizo una serie de disparos contra los carabineros que prestaban guardia frente al Palacio Chigi, sede del gobierno, a 1 km de distancia.
Uno de los carabineros sufrió una grave herida en la columna vertebral, otro en las piernas, mientras que una transeúnte encinta fue rozada por un proyectil.
El autor del tiroteo, rápidamente controlado y arrojado al suelo por la policía, sufrió ligeras contusiones.
"La gente comenzó a correr en todas direcciones, presa del pánico. Fue como si se hubiese producido una explosión", contó Valerio Orzi, un técnico de televisión, testigo de la escena, que se produjo a dos pasos de la arteria muy turística del Corso, en pleno centro de Roma.
El autor de los disparos es un desempleado calabrés (sur de Italia) de 49 años, Luigi Preiti, que, según testimonios recabados, se presentó frente al Palacio Chigi vestido con saco y corbata, antes de abrir fuego a 5 metros de distancia de los carabineros.
El nuevo ministro de Interior, Angelino Alfano, jefe del partido de Silvio Berlusconi, habló de "un acto aislado", declarando que el autor de la agresión manifestó la intención de "suicidarse, pero no lo logró ya que había vaciado su cargador".
El fiscal de Roma, Pierfilippo Laviani, habló de "un hombre lleno de problemas que perdió su trabajo, que perdió todo, y que tuvo que regresar a vivir" a casa de sus padres en Calabria.
Según el magistrado, Preiti quería inicialmente "disparar contra políticos, pero como vio que no podía, disparó contra los carabineros".
Alfano añadió que aun cuando "no hay preocupación por la situación general del orden público", se ha reforzado por precaución "la vigilancia de los objetivos de riesgo".
"Es el gesto de un loco desequilibrado", afirmó el alcalde de Roma, Gianni Alemanno.
Sin embargo, el día había comenzado bajo el signo de la esperanza tomando en cuenta el carácter innovador del gobierno Letta, fruto de una alianza sin precedentes entre la derecha y la izquierda, que se destaca por una edad promedio relativamente baja (53 años, 10 años menos que el gobierno Monti) y una fuerte presencia femenina (7 de 21).
El nuevo ejecutivo, formado tras dos meses de atasco político, es el resultado de una repartición equilibrada, con nueve ministros del Partido Demócrata, principal partido de centroizquierda, cinco del Partido de Silvio Berlusconi, El Pueblo de la Libertad (derecha), tres centristas y cuatro tecnócratas.
"Este es el primer intento explícito de pacificación de Italia" con la formación de una "coalición completamente inédita que deja atrás 20 años de enemistad" entre la derecha y la izquierda, subrayó el editorialista político del Corriere della Sera, Massimo Franco.
De acuerdo a la mayoría de analistas, este gobierno era -como lo afirmó el presidente Giorgio Napolitano- "el único gobierno posible" tras las elecciones legislativas del 24 y 25 de febrero, en las que la izquierda ganó la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero no en el Senado, cámara sin la cual es imposible gobernar, y que está dividida en tres bloques: PD, PDL y el Movimiento 5 Estrellas (M5S).
La salida de los "bigs", los pesos pesados de la política que tanto la derecha como la izquierda buscaban imponer, como el ex primer ministro de izquierda Massimo D'Alema o el exministro de derecha Renato Brunett, también sorprendió a los editorialistas.
La falta de experiencia de algunos ministros puede ser una debilidad pero también una fuerza, según el director de La Stampa, Mario Calabresi, ya que serán "juzgados por lo que harán y no por su pasado".
Varios periódicos de izquierda como il Fatto Quotidiano expresaron su preocupación acerca de la influencia que podría tener el Cavaliere Berlusconi sobre el ejecutivo, ya que su mano derecha, el propio vice primer ministro Alfano, es el número dos del gobierno.
El presidente de Francia, François Hollande, y el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, felicitaron al nuevo primer ministro Letta.