Según El Diario de la República, Matías Wiggenhauser era uno de los nueve comensales que compartía una cena familiar, el viernes a la noche, en una casa ubicada a la altura del kilómetro 115 de la ruta Nº 146.
Nada hacía prever que unos minutos antes del sábado, en ese confortable y aislado chalet con piscina, Wiggenhauser mantendría un breve e intenso fuego cruzado con los asaltantes que irrumpieron encapuchados y con guantes de albañil. Uno de los delincuentes, Juan Aristóbulo Miranda, de unos 34 años, recibió tres disparos.
Murió ahí mismo. Sus cómplices lograron escapar de ese predio sólo rodeado de terrenos, sin vecinos cerca. El dueño de casa, de 31 años, también resultó herido: le dieron un balazo en el hombro derecho. Fue atendido por médicos y le dieron el alta, confirmó ayer el jefe de la División Homicidios, comisario Walter Contreras.
Por decisión de la jueza penal interina Nº 1 Carina Gregoraschuk, Wiggenhauser no fue detenido, porque está radicado en San Luis y no se advierte peligro de fuga, explicó una fuente judicial.