“Ingresaron disparando; de casualidad alcancé a llegar adonde tenía el revólver y respondí a los tiros”. Con esa frase, el hombre de 43 años que el martes en la noche ultimó a un delincuente que entró a su casa de Maipú intenta reconstruir parte de lo sucedido.
A las 23.30 de ese día, el dueño de la vivienda de Coquimbito estaba junto a su esposa en la casa. Sus dos hijas ya dormían.
“Escucharon que el vidrio de una ventana que da a la calle se rompía. Como es de una madera bastante gruesa, es poco probable que la hayan roto (a la ventana) de una patada. Puede ser que hayan usado algún objeto contundente”, indicó un investigador del caso.
Asustado, el padre de familia corrió hacia el lugar donde guardaba su revólver calibre 22 mientras que su esposa corría adonde dormían sus hijas. Al mismo tiempo, dos sujetos se preparaban para entrar por la abertura que acababan de hacer.
Para los investigadores no está claro quién comenzó con los disparos: si fue el dueño de casa o el único delincuente que alcanzó a ingresar.
Lo cierto es que se produjo un tiroteo, durante el cual el asaltante recibió al menos dos disparos en el tórax que acabaron con su vida en cuestión de segundos. Es más, quedó tendido dentro de la habitación, a escasos metros de la ventana por donde había entrado.
Según consta en el expediente judicial, el otro ladrón no alcanzó siquiera a cruzar la ventana.
“Es una situación límite y no me siento bien. Tengo una sensación extraña porque jamás en mi vida se me hubiera ocurrido que iba a vivir algo así”, relató el hombre.
Investigación
En el lugar quedó tirada la pistola que usó el asaltante (podría tratarse de una calibre 3.40 o 6.35). Cerca había unos quince casquillos.
Más tarde Policía Científica recuperó también el revólver calibre 22 del dueño de casa.
Hasta ayer en la tarde este no había dado su versión de los hechos ante los investigadores judiciales, por lo que la situación se reconstruyó a partir de los dichos de su mujer.
Según confirmaron fuentes judiciales, el hombre asaltado está libre ya que la causa fue caratulada como legítima defensa.
En tanto, hasta ayer en la tarde el joven delincuente abatido no había sido identificado. Es que si bien se presentó un hombre ante la Oficina Fiscal diciendo que era su padre, los investigadores esperaban identificarlo por medio de un cotejo entre sus huellas y las ingresadas al registro policial. Esto prosperará siempre y cuando el fallecido tenga antecedentes delictivos.
Asimismo, las fuentes consultadas se mostraron cautelosas con respecto a la identidad del hombre asaltado y su familia, para evitar posibles represalias. “Temo por mi seguridad y la de mi familia. Estoy en una encrucijada: no sé para dónde voy a tomar el rumbo de mi vida”, concluyó el jefe de familia. El caso quedó a cargo del fiscal Juan Ticheli.