El arte de hacer de una visita una velada inolvidable, reside en el secreto de conquistar a tus invitados desde el mismo momento que tocan el timbre. Una fiesta, una invitación a cenar, la piñata de tus hijos o una tarde de vinos...cualquier momento es propicio para dejar la mejor impresión.
Es mejor prevenir que lamentar:
Dejá todo preparado desde un principio, sobre todo en cuando a la comida y bebidas se refiere. No querrás que tus invitados entren a la cocina a “darte una mano” porque desde lejos se percibe que no tenés nada en orden y has improvisado en las artes culinarias y de servicio.
¿Dónde puedo guardar mi abrigo?: No empecés con el pie izquierdo cuando surja esta pregunta, optando por un escueto: "en cualquier lado", menos si el evento se trata de una fiesta; esto se presta para que se extravíen cosas a causa del desorden, y sin ir más allá, para malos entendidos entre los invitados. Lo mejor es tener un espacio designado con anticipación, como un guardarropa vacío, la oficina o el cuarto de huéspedes, cualquier lugar en el que el flujo de gente sea mínimo. Podés utilizar también un perchero multiusos o comprar desmontables para armar y desarmar en cualquier lugar de la casa.
De entrada: Muchas se preguntan cuál es la mejor forma de decorar o darle un ambiente diferente al lugar cuando todo está en orden. La limpieza, la música y los snacks son la llave secreta de una excelente apertura a la visita. Disponé un rato para conversar en el living, presentar los invitados entre sí y luego dar un recorrido por la casa (si estás en actos de presentación de un nuevo hogar). Si ellos prefieren hacer la inspección por su cuenta antes de tiempo, dejalos a libertad y ofreceles algo de tomar para traerlos de vuelta.
Decorá y decorá:
Una mesa bien arreglada es la mejor carta de presentación, tanto la de centro como la del comedor, más si en la agenda se incluye una comida grande. Según Rosee Galfione, autora del libro “El arte de recibir en casa”, lo recomendable es no poner centros o adornos con más de 28 centímetros de altura para que obstaculicen la comunicación entre los invitados. No recargar con accesorios si es un espacio pequeño, como un departamento. Preferí la originalidad de los pequeños detalles, como los vasos, pendones colgados al techo, vasos y vajilla descartable temática y globos en las esquinas (si es una fiesta infantil).
Es hora de servir:
La etiqueta de siempre, más que ser decorativa, es útil para que las personas tengan el acceso a todos los implementos. A la gente ubicala de acuerdo a su edad y sexo. Según el protocolo, las personas de mayor edad requieren mayor jerarquía en la mesa. Los niños pueden estar junto a la gente adulta o en una mesa aparte. Alterná hombre y mujer, nada de separar sexos como si se tratara de una fiesta de 15 años.
Música, maestro: La música propicia un clima agradable, pero debe ser solo de compañía, no que deje sordos a los invitados o interrumpa cualquier conversación. Incluso cuando es una fiesta, la música muy alta no funciona.