CAMAS MONTESSORI
Siguiendo los criterios de este método optá por sustituir los barrotes de las cunas tradicionales por camas muy bajitas o directamente por un colchón sobre el suelo. Evitará que si los pequeños se caen se hagan daño pero, sobre todo, les dará autonomía.
ORDEN EN EL DORMITORIO INFANTIL
Crear zonas de guardado óptimas es clave. Una buena idea es apostar por una cómoda en vez de por el típico cambiador. La cómoda se adapta poniendo una colchoneta anatómica encima y se pueda quitar cuando ya no se precise. Esa cómoda seguirá sirviendo para guardar ropa interior, pijamas, remeras…
DORMITORIOS INFANTILES MUY CREATIVOS
No puede faltar una zona de juegos por pequeña que sea la habitación. Una alfombra lavable, sus juguetes organizados por temáticas en cajas semitransparentes o rotuladas, un perchero para disfraces, un tipi con tela de estilo nórdico... son piezas que harán de su cuarto su mundo particular.
UN RINCÓN PARA ESTUDIAR
Una mesa baja y sillitas en la etapa preescolar y un escritorio, ligero y cómodo después. Es importante que se habitúe a trabajar siempre en el mismo sitio, por lo que debemos buscar una zona agradable y cómoda. El verde y el azul reducen el estrés y refuerzan la concentración. Los rosas y violetas le ayudarán a desarrollar su lado más creativo. El blanco para genera una atmósfera serena, ordenada y limpia, mientras que el rojo fomenta el interés y el amarillo la actividad mental.
MUEBLES QUE CREZCAN CON ELLOS
Si comprás una cama que crezca con el pequeño, podrás amortizar esa pieza al menos durante 10 años. Aunque los muebles evolutivos pueden resultar más caros al principio, resultan una gran inversión. Como es el caso de las cunas que se transforman en cama infantil y posteriormente en sofá para la zona de juegos o incluso escritorio.
Antes de comprar muebles, pensá en las etapas de crecimiento y en qué se necesita en cada uno de estos períodos:
0 A 2 AÑOS
En este periodo el mobiliario que más utilizarás se centrará en dos actividades básicas: la de dormir y cambiar la ropa. Si al distribuir el espacio de la habitación querés pensar en futuro, tomá medidas para que el lugar que tiene la cuna pueda ser luego ocupado por una cama, y el espacio del cambiador por un escritorio. Esto también condicionará el lugar que ocupan las lámparas, de manera que la distribución sea más estable.
Ahora también debés pensar en el guardado, tanto de ropa como de juguetes. Si comprás un armario demasiado justo, pronto se te quedará corto, ya que, aunque la ropa de niños es pequeña, seguramente tengás prendas que quieras guardar que ya no le sirvan, además de otras que hayas heredado y aún sean grandes. Un truco puede ser poner dos barras paralelas para colgar ropa que, cuando crezcan y su ropa sea más larga, podrás dejar solo en una.
3 A 6 AÑOS
Si habías elegido una cuna evolutiva, transformable, este cambio de etapa será muy sencillo. Con el cambiador también, si has elegido un modelo que se convierte en escritorio o que simplemente quitando la colchoneta se transforme un mueble de guardado.
Tener un escritorio en esta etapa es importante. Si desde pequeños se acostumbran a un sitio fijo para sus tareas, ahora enfocadas en el juego, con el tiempo se convertirá en el lugar en el que hagan los deberes. De esta manera, no asociarán este rincón con algo aburrido, sino que sentirán que aprender es seguir jugando.
Contar con espacios concretos donde guardar sus cosas hará que sean más ordenados y creará rutinas desde bien pequeños que se harán costumbres.
DE 7 A 12 AÑOS
No apostés por pintar la habitación o elegir muebles con motivos demasiado infantiles, ya que cuando entren en esta etapa lo agradecerás. Los vinilos pueden ser una buena solución a este problema: son sencillos de actualizar y podés ir cambiándolos para que se adapten a cada edad.
El lugar preferido de los niños para jugar es, sin duda, el piso. La madera es un clásico, pero materiales contemporáneos como los laminados ofrecen superficies cálidas y sencillas de mantener. Y las recurrentes alfombras, que sean suaves, que puedas meter sin problema en el lavarropa y resistentes.
DE 13 A 18 AÑOS
Llegados a este punto, si has sido práctica a la hora de elegir el mobiliario, este puede seguir vigente. Con un cambio en los textiles, en los accesorios y, quizás, pintando de un nuevo color, el preferido del ya no tan chico, podés lograr un cambio radical en el cuarto que refleje sus gustos.