Con la meta de completar las 820 hectáreas con variedades de uva de alta gama de las cuales ya producen 275 en Alto Agrelo, Dragonback Estate, el emprendimiento que arrancó en 2012 y va por su segunda etapa.
El proyecto encara un nuevo ciclo, con Marcelo Tinelli y el empresario textil Daniel Awada como uno de los 44 inversores que integran el consorcio, que va por una bodega propia de 1,5 millón de litros y una ampliación del lodge spa con restaurante abierto al público, parte de un presupuesto de U$S 20 millones.
Así lo adelantaron a Los Andes desde Young Woo&Asoc (YWA), la firma desarrolladora, que asegura haber invertido una cifra similar en los últimos 3 años y promete replicarlo en los próximos dos.
"Buscamos estabilizar el proyecto, lo que nos llevó alrededor de 3 años y una importante inyección de capital. Hoy es el más grande dentro de sus características en Mendoza, pero hubo que poner en orden desde la administración unificada hasta el paisajismo para volver a tomar fuerte la conducción", señaló Enrique Gross, presidente.
Lanzado en 2014 como Santa María de Los Andes, Pueblo de Viñas, el proyecto, ponderado entre los inversores estadounidenses como un "agribusiness", se rebautizó Dragon Back y se promueve como una combinación de "viñedos propios, bodega boutique con hotel y una villa de lujo, sobre una superficie de 2 mil acres".
Cabe recordar que Awada, hermano de la primera dama Juliana, es propietario de las marcas Cheeky, Cómo quieres que te quiera, La Patisserie y Awada, y posee 15 hectáreas productivas dentro del complejo. A la sociedad que integra con Tinelli, dueño de otras 120 hectáreas, y Daniel Mautone (Casino Victoria y Arena Maipú), se suman inversores locales como Pablo Torres García, de bodega Rossell Boer (terceriza el lodge y explota 20), el cordobés Alberto Spagnolo (ex titular de Nación Seguros y empresario bursátil). Entre los extranjeros, junto a Woo (12 hectáreas), está el empresario mediático brasileño Roberto Marinho, dueño de Red O´Globo. Recientemente desembarcaron otros 2, de Chile y Corea, con parcelas menores.
Viñedos, bodega y hotel
Precisamente la bodega es el próximo paso del emprendimiento. De hecho, YWA apura un acuerdo con un grupo inversor vitivinícola extranjero para encarar la construcción de un establecimiento que tendrá, inicialmente, 500 mil litros de capacidad, ampliables hasta 1,5 millón.
Según Gross, es el reto, junto al plan progresivo de poner en producción las 820 hectáreas disponibles, de las cuales casi 350 están implantadas (70% malbec, además de cabernet sauvignon, franc, bonarda, syrah, petit verdot, viognier, sauvignon blanc, pinot noir y torrontés), con parcelas de hasta 55 hectáreas para "interés del inversor local o extranjero".
"Pasada la turbulencia económica hoy nos sentimos más confortables y con margen para encarar la segunda etapa, pero faltan mejorar condiciones en el país y en la provincia. Por ejemplo, con política a largo plazo para el agua", advirtió el ejecutivo, para quien el objetivo es llegar a una villa con distintas unidades de negocio y hasta llegar a una bodega de perfil más industrial "lo cual va de la mano de la perspectiva de exportar y los mercados potenciales".
El capítulo alojamiento sigue centrado en el lodge-spa del lugar, en manos de la bodega Rossell Boer y también en expansión.
Hoy con 3 departamentos pasará a 10 en poco tiempo, además de abrir una cava y restaurante al público. Paralelamente, en los planes aparece una cadena hotelera de lujo.
Uva presente, vino futuro
Mientras tanto, el emprendimiento busca retorno con la venta del 90% de su uva a clientes como Trivento, Catena, Dominio del Plata y Norton, entre otras bodegas, a partir de un rendimiento promedio de 10 mil kilos por hectárea. "Con el resto, los propietarios elaboran y producen su propio vino", señaló Eduardo Posse, responsable operativo del consorcio.
Además de la apuesta inicial de Tinelli con sus marcas Fede y Lorenzo de Agrelo y la asesoría del enólogo Alejandro Vigil, el consorcio mantiene a Dragonback como su único vino. Es la punta de lanza para una elaboración a mayor escala comercial (hoy sólo 1.000 botellas por temporada para consumo interno).
"Incentivamos a los inversores a que tengan su propio vino. Los guiamos en sus proyectos personales y hacemos seguimiento de cada proceso", añadió Posse.
La parte enológica, en la primera etapa capitaneada por Vigil, pasó a manos de Eno Rolland.
Su responsable local,Gabriela Celeste, se hizo cargo a principios de 2017. "Aunque hicimos una propuesta para avanzar en la vinificación gradualmente, es a elección de los inversores. Estamos abocados a afianzarlo como proveedor de materia prima de alta calidad subsanando fallas del viñedo para que sea homogéneo" consignó Celeste, quien anticipa la búsqueda de "pequeños nichos de mercado para vinos nuevos".
Sin embargo, con el antecedente del Clos de los Siete que el mismo Rolland ideó, la firma proyecta replicar ese modelo a futuro.
Apoyo
U$S 200 mil/ha cuesta una parcela productiva, con riego presurizado y 2 años de mantenimiento.
$ 40 millones es el presupuesto 2017-18 en la parte productiva.
5.000 botellas es la proyección de elaboración de vino para cada socio de Dragonback.