El canciller Héctor Timerman resaltó hoy que la Asociación Internacional del Mercado de Capitales (ICMA, según sus siglas en inglés) estableció nuevos criterios para los procesos de reestructuración de deuda tras el conflicto entre la Argentina y los bonistas que no se sumaron a los canjes de 2005 y 2010.
"El documento de la ICMA revela que los bancos, las financieras y las agencias colocadoras de deuda también se dieron cuenta de que la situación implosionó, que se está transformando en una bola sin freno y que los fondos buitre atacarán a otros", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores en una entrevista con el diario Página 12.
Timerman remarcó, además, que en la disputa con los holdouts resta que la Asamblea General de las Naciones Unidas analice el proyecto que impulsaron el G-77 para establecer un nuevo marco regulatorio para las reestructuraciones de deuda.
Respecto a ICMA, el funcionario nacional consideró que "empezaron a buscar la autorregulación" porque, explicó, "el caso argentino le mostró al sector privado que no podían seguir así, y les mostró a los Estados que el riesgo lo pueden correr todos". "La cifra de deuda soberana que circula en el mundo es enorme. Son 55 billones de dólares, y expreso la medida de la cifra en español: 55 millones de millones. En los Estados Unidos dirían que son 55 trillions. La cifra representa tres veces el Producto Bruto Interno norteamericano", detalló.
Timerman aclaró que la propuesta del G-77 avanzará pese a las medidas que tomó el ICMA porque "los gobiernos decidieron que después de doce años de esperar y sacar resoluciones es mejor diseñar un marco regulatorio para que la reestructuración de deuda soberana tenga un carácter no solo económico sino también político y social".
"Las reestructuraciones deben considerar los factores que impactan sobre un país. No pueden comprometer su desarrollo social por la extorsión de un pequeño grupo de financistas que colocaron al borde de una situación insostenible a muchos países", planteó.
El canciller advirtió que, ante esta tipo de conflictos con tenedores de deuda, "evidentemente no alcanza con buscar consenso" entre países y se requiere una postura a través de la ONU. "El consenso total no existe. No se logró nunca. Por eso el G-77 lleva el tema a la Asamblea General. Ahora, que la ONU vote", remarcó. Al respecto, vaticinó que si la ONU establece un nuevo esquema para las reestructuraciones de deuda "los países que no acepten la convención tendrán más dificultades al momento de que otros quieran emitir deudas en esos centros financieros".
"Hoy ya es más seguro emitir deuda en Inglaterra que en los Estados Unidos. Y estoy hablando de un país con el que tenemos pendiente un problema de soberanía. Pero el marco de seguridad es mayor. Lo mismo sucede con el marco vigente en los Estados Unidos hacia adentro de su territorio", comparó.