No fue un parto sencillo el que le tocó atravesar a su madre, el 27 de abril de 1975. El cordón umbilical estaba enrollado al cuello del pequeño Maickel Melamed, lo que le provocó un serio retraso motor que le auguraba un destino de inmovilidad.
Sin embargo, casi cuarenta años después, este venezolano se dio el gusto de correr y completar la Maratón de Boston, quinta y última de su vida, tal como había anunciado antes de la prueba.
“¡Llegamos! Lo logramos juntos. Gracias, Venezuela, este logro te lo dedicamos a ti, te amamos y mereces siempre lo mejor”, escribió Melamed en su cuenta de Twitter al cruzar la meta esta madrugada, después de completar los 42 kilómetros en casi 20 horas. El atleta, que padece distrofia muscular, fue acompañado durante todo el recorrido por un equipo de apoyo.
La participación de Melamed en la competencia fue parte de las acciones promocionales que lleva adelante la fundación Somos Posible, una organización no gubernamental que trabaja en pos de "impulsar el desarrollo humano a través del fomento de una cultura de paz y logro sustentable, con el fin de contribuir en la transformación hacia una mejor sociedad”, según explica en su sitio web.
Melamed se graduó como licenciado en Economía en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, pero pronto dejó de lado esa actividad para formarse como psicoterapeuta y coach motivacional.
Trabajó con organizaciones juveniles de Venezuela y de otros países de América Latina. Practicó deportes extremos como parapente, paracaidismo, buceo y montañismo (llegó a subir el Pico Bolívar, la montaña más alta de su país -5.007 metros-) y participó en las maratones de Nueva York, Chicago, Berlín y Tokio.
La de Boston tenía un significado especial para él, ya que, según explicó, era la ciudad donde sus padres lo habían llevado cuando era chico para recibir tratamiento médico por su distrofia. También fue la última de su vida. “Llegó el momento de cerrar un ciclo”.
