Ya se sabe, fueron poco más de seis los minutos que el camión brasileño de la firma AMC circuló por la ruta 7 a contramano y terminó provocando el accidente fatal con el colectivo de Mercobus en ruta 7. Y en estos días, el jefe de la Policía, Juan Carlos Caleri, ha subrayado más de una vez que no hubo tiempo de organizar un operativo para detener al camión, aunque aseguró que un par de móviles habían salido al encuentro del pesado vehículo y que no llegaron a tiempo.
El asunto es que, de haberlo alcanzado, con los elementos que cuenta la Policía Vial poco se podría haber hecho para detenerlo. Incluso, si hubiese existido tiempo para organizar algo más, tal vez no hubiese pasado de liberar la ruta e intentar persuadir al camionero a que parara.
La Policía Vial de Mendoza no cuenta con herramientas específicas para detener la marcha de un vehículo, menos aún de un camión, a no ser que se decida la medida extrema de atravesar un móvil en la ruta o el riesgo impredecible de dispararle a las ruedas.
Efectivamente, no existe entre el equipo policial algo similar a esas cintas con clavos que se despliegan a lo ancho de un camino y que terminan por reventar las ruedas de modo parejo, que es la principal ventaja de usar esas bandas: el vehículo detiene su marcha casi sin posibilidad de un vuelco, y si intenta seguir, finalmente se funde. Un alto jefe vial aseguró a Los Andes que "tampoco están permitidas y que sería necesario primero modificar las leyes".
Consultado sobre el asunto, el diputado radical Luis Petri, que habitualmente trabaja temas relacionados con la seguridad, señaló que "no es necesario modificar la legislación para usar bandas con clavos y su uso puede fundarse en el artículo 9, incisos 1, 6 y 8 de la ley 6.722 y en el artículo 111 de la ley 6.082, que permite las medidas coercitivas, entre ellas la aprehensión preventiva en caso de fuga".