La segunda experiencia del Deportivo Maipú en el ámbito nacional distó bastante de ser como la primera. Lejos estuvo el Cruzado de repetir o mejorar la campaña de la temporada anterior (1986/87) y debió conformarse con finalizar en el decimoquinto puesto de la tabla de posiciones.
Está claro: no hubo clasificación al torneo Reducido, que terminó adjudicándose San Martín de Tucumán sin haber participado del campeonato.
¿Cómo es eso? Esta vez se dispuso que el segundo ascenso se disputara entre 12 equipos: los clasificados del segundo hasta el décimo puesto, más Talleres, ganador del campeonato de Primera “B” y los dos ganadores de los torneos zonales del Interior, uno de ellos el Santo tucumano.
La buena noticia para Maipú fue que no sufrió con la tabla de promedios para el descenso, lo que sí sucedería en temporadas subsiguientes.
Para la nueva temporada futbolística llegaron el arquero Oscar Rogelio Quiroga (ex San Lorenzo), los volantes Miguel Ángel Oviedo, Ariel Ramón Moreno (Talleres de Córdoba) y Eduardo Griguol (Unión San Vicente de Córdoba) y los delanteros Guillermo Alonso y Carlos Patricio Mac Allister (Estudiantes de La Plata).
La apuesta por los delanteros del Pincha resultó productiva. Alonso había integrado la Selección Argentina Sub 19 en el Sudamericano de 1985, en Paraguay.
Flaco, alto y goleador, Alonso (también jugó en Lanús y Huracán) convirtió 9 goles en 27 partidos e hizo una gran dupla ofensiva con Carlos Patricio Mac Allister, aquel recordado puntero izquierdo hermano mayor de Carlos Javier, el Colorado, quien hoy es secretario de Deportes de la Nación.
Entre Alonso y Mac Allister marcaron 19 de los 47 goles que convirtió Maipú en el torneo. Daniel Brunet y Daniel Gauto, dos productos de las inferiores se anotaron con 6 y 7 tantos, respectivamente.
Un camino sinuoso
En lo que fue una constante durante todo su recorrido por la segunda categoría del fútbol argentino, Maipú tuvo que lidiar con la falta de apoyo de la Liga Mendocina de Fútbol y la poca solidaridad de los clubes mendocinos.
El ente madre del fútbol programaba partidos importantes de la Liga (generalmente clásicos) los sábados por la tarde, días habituales de las presentaciones del Cruzado.
Por si eso fuera poco, cada vez que Maipú quería contratar un futbolista de nuestros clubes, lo “corrían” con cifras astronómicas e imposibles de pagar.
Más allá de esa situación extrafutbolística, el nivel del botellero no fue para nada bueno. Tuvo tres entrenadores: Jorge Dominichi, Eduardo Francisco “Lalo” Bazán y Julio Daniel Asad, tío del Turco Omar Andrés Asad (ex DT de Godoy Cruz).
Las mejores actuaciones del Súper Dépor fueron ante Huracán en Parque Patricios (victoria 2-1) y las goleadas frente a Ferro de General Pico y Chacarita, ambas 5 a 1.
Una de las tardes más nefastas del Cruzado en su historia la vivió el 4 de abril de 1988, cuando Mandiyú lo vapuleó 7-0 en Corrientes.
Pagó el derecho de piso.