El 23 de febrero de 2016, la provincia se sorprendió con el secuestro de una joven, en un hecho sin muchos antecedentes en Mendoza. Sin embargo, a las pocas horas varios policías fueron detenidos por sus propios pares, quedando al descubierto una "mega" banda con ramificaciones en la provincia de Buenos Aires.
También en febrero pero de este año, en los Tribunales Federales comenzó el juicio que, después de una decena de alegatos, podría concluir esta semana con la sentencia.
Marcelo Javier Amaya (41), Aníbal Damián Luna (39), Néstor Enrique Miranda (31) y Fabio Marcelo García (32) son los cuatro hombres que integraban hace un par de años la Fuerza policial y que, por estas horas, están siendo juzgados por el secuestro extorsivo de la hija de un empresario dueño de una importante distribuidora de bebidas.
Tres de ellos prestaban servicio en la comisaría 49 de Maipú, mientras que el restante lo hacia en la Unidad Especial de Patrullaje (UEP) de Guaymallén.
En el banquillo de los acusados (en realidad sentados en sillas detrás de sus abogados y fuertemente custodiados por personal penitenciario) también están: Andrés Bustos (mecánico), Néstor Adrián Rosales (electricista), José Mario Rosales (jardinero), Carlos Alberto Fernández, (mecánico), Fernando Alfonso Lira (desempleado) y Héctor Matías Quinteros (chofer).
Otro integrante: Mario Camilo Lira, fue sobreseído por fallecimiento, mientras se sustanciaba la instrucción en manos del fiscal subrogante Fernando Alcaraz.
Este caso comenzó cuando Antonela, una joven de 26 años, fue violentamente secuestrada por el grupo. Y después de 14 horas en cautiverio fue liberada, todo ocurrió dentro del departamento de Las Heras.
Sin embargo para que esto tuviera un final "feliz", el padre de la joven, que en todo momento estuvo en contacto telefónico con los delincuentes, hizo dos entregas de dinero por un monto cercano al millón de pesos.
La radio MM 86
Según quedó establecido en la elevación a juicio y, después, durante el desarrollo del debate (que se extendió por más de un mes) a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2, con la presidencia de Héctor Cortez, los uniformados fueron parte "fundamental" en el secuestro extorsivo, mientras que el nexo con el resto de la banda fue Fernando Lira, un conocido vendedor de droga.
A su pedido, Miranda sacó una radio (MM 86) de la comisaría y con ella en la mano, lograron estar al tanto de lo que hacia la policía en relación al secuestro de la joven.
Y mientras un grupo de delincuentes se ocupaba de mantener a la víctima privada de su libertad, otros tuvieron a su cargo las comunicaciones extorsivas y, principalmente, coordinar el pago de los rescates. También hubo otro grupo que se dedicó al seguimiento y vigilancia del extorsionado.
Cada uno a su turno declaró ante el Tribunal, oportunidad en que hubo reconocimiento de algunos hechos, mientras que otros trataron de desvincularse de lo ocurrido, principalmente de la acusación más grave: el secuestro.
Ahora llegó el turno de los alegatos, primero por parte de la fiscal Gloria André, a lo que le seguirán el de los abogados defensores. Tras lo cual y de no ser planteado algún incidente, sólo restará escuchar la sentencia.