Las presencias de The Who y Guns N' Roses no solamente convocaron anoche a 45.000 espectadores en el Estadio Único de La Plata sino que regalaron una muestra del mejor rock que puede hacerse en la actualidad y que desafió una noche tormentosa que no logró apagar tanta intensidad.
Con más de 50 años de trayectoria, la legendaria banda británica The Who se presentó anoche por primera vez en la Argentina, con un inolvidable show en el Estadio Único de La Plata, en el que demostró la enorme deuda que los géneros más duros del rock, como el punk y el hard rock, tienen con ellos.
A lo largo de una hora y media, el asombroso cantante Roger Daltrey y el enorme guitarrista Pete Townshend, acompañados por una banda a la altura de su historia, echaron mano a un puñado de clásicos que, si bien fueron el germen de las corrientes más extremas del rock, sonaron frescos y hasta se mostraron como un ejemplo a seguir para nuevas generaciones que busquen cultivar la rama más incendiaria de este género.
Ante un público que en su mayoría pareció haber ido a La Plata para ver a Guns N`Roses pero que terminó rendido ante los pioneros británicos, himnos como "My generation", "Who are you", pero especialmente "Amazing journey" y "Baba O`Riley" dieron probadas y renovadas muestras de por qué esta banda es considerada la tercera pata fundamental de la música de los `60, junto a The Beatles y The Rolling Stones.
"Baba O`Reily", con su experimento psicodélico de la introducción, y la post-revolucionaria "Won`t get fooled again" pusieron el broche a una memorable presentación en la que quedó flotando la frase entonada en la primera de estas dos canciones y que podría resumir a la cultura mod, esa tribu urbana a la que The Who le puso su banda de sonido: "No llores, no levantes la mirada, es sólo vacío adolescente".
Pero esa vara demasiada alta establecida por The Who fue retomada por la banda californiana Guns N`Roses que le propinó una verdadera paliza a una multitud que durante casi tres horas gozó con el repertorio del conjunto y también con covers de AC/DC, Paul McCartney, Eric Clapton, The Damned y Pink Floyd.
En su segundo paso por el país tras el reencuentro de los esenciales miembros originales (el vocalista Axl, el guitarrista Slash, el bajista Duff McKagan y el tecladista Dizzy Reed), el ensamble del ahora septeto (que añade a Frank Ferrer en batería, Richard Fortus en guitarra y Melissa Reese en teclados y coros) arrojó como resultado una propuesta demoledora.
Guns N' Roses no fue nunca la típica banda de hard rock: En sus raíces se mezclan blues, punk, heavy metal, pop y eso se nota en canciones con un atípico entramado instrumental para el género como "Coma", "Civil War" y "Estranged".
Para despejar cualquier duda sobre su buen momento la banda arrancó el concierto con dos clásicos "It`s so easy" y "Mr Brownstone" que generaron un estallido emotivo en la gente y confirmaron que Argentina es un país gunner.
Al punto tal que antes de comenzar la maquinosa "Chinese Democracy", Axl llamó a un intérprete para que le pidiera al público que retrocediera unos metros para no apretujar a quienes se encontraban en el vallado al pie del escenario.
Slash arrojó un par de solos como el de "Welcome to the Jungle" que ratifican su rol clave en esta banda, al punto tal que en los años en que no estuvo, Axl decidió utilizar tres guitarristas en vivo.
Para el cierre apoteótico, con un público agotado quedaron los hitazos "Dont Cry" y la enérgica "Paradise City", que confirmaron la vigencia de una banda que parece haber recuperado sus objetivos.