Martin Scorsese vuelve a los conocidos territorios de la mafia, los asesinatos por encargo y las inseguras lealtades que se forjan en el submundo del hampa, los negocios y la política en "The Irishman" ("El irlandés"), superproducción que filmó para Netflix y que sólo por esta semana se podrá ver en Mendoza en pantalla grande, en el Cine Universidad. Es que la plataforma ha habilitado a unos pocos cines del país para la proyección antes de su estreno en el streaming, el 27 de noviembre. Y, en verdad, este peliculón del realizador de "Casino" es para ver en pantalla grande y no en el acotado espacio de una PC.
Con una troupe de viejos e inmensos actores, Scorsese obtiene un filme sólido.
Esta película aparece como la que mejor pinta y elabora la futilidad y soledad de estas vidas dedicadas a los negocios rápidos, el ascenso social fulminante y el manejo del poder, legal o ilegal, lo que en Scorsese es la misma cosa.
"Si eliminaron a un presidente (por John Fitzgerald Kennedy) también pueden eliminar al presidente de un sindicato", dice Russell Bufalino (Joe Pesci) a su protegido Frank Sheeran (De Niro), el irlandés del título del filme, cuando le advierte que para la mafia el tiempo de Jimmy Hoffa al frente del sindicato de camioneros se acabó y que debe retirarse o atenerse a las consecuencias.
Como se sabe, el poderoso líder sindical de los camioneros estadounidenses desapareció en julio de 1975, aunque su muerte fue declarada en 1982. La película de Scorsese cuenta cómo fueron los últimos sucesos en la vida de Hoffa, su asesinato y la desaparición de su cuerpo, la trama del poder que lo lleva a pasar cuatro años preso y perder el sindicato, y las peleas con la mafia por el manejo de los fondos mutuales del gremio.
Y todo comienza con la presidencia de JFK, los acuerdos que la mafia teje para invadir Cuba y recuperar los manejos de los casinos y el juego en la isla caribeña, el apoyo de Hoffa a Richard Nixon y la posterior persecución judicial que sufre a manos del fiscal General, Edward "Bobby" Kennedy, hermano de John Fitzgerald.
Como en "Buenos Muchachos", el relato se asume en off y está contado por Sheeran, retirado, olvidado de sus hijas y viviendo en un asilo de ancianos cuando los viejos conocidos de ruta ya murieron.
De ese presente del off el filme pasa a otro presente, un viaje en automóvil por la ruta entre Bufalino, Sheeran y sus esposas para asistir a una boda (y liquidar unos negocios de paso) y desde allí aparecen recurrentes flashbacks que van contando la historia completa.
Sheeran es un camionero, ex veterano de la Segunda Guerra que hace contacto y queda bajo el ala de Bufalino que luego lo relaciona con Hoffa, de quien se convierte en una suerte de mano derecha, más tarde dirigente gremial.
Sheeran es un sicario profesional, el tipo al que se llama para solucionar los problemas que no encuentran otra solución, un hombre efectivo, casi un "trabajador" en su especialidad, con la capacidad de forjar fuertes relaciones personales con sus jefes.
Es una Nueva York, Detroit y otras partes del vasto territorio estadounidense que van de fines de los '50 hasta comienzos del 2000, y también una cierta radiografía del modo como se hacen los negocios ilegales, vinculados con la política y los sindicatos, sin que aparezca en el filme la industria; un sector que Scorsese parece dejar siempre a salvo de su oscura pintura de Estados Unidos y su progreso.
La violencia de "The Irishman" es incluso más familiar, con costos personales, hay asesinatos pero son casi primitivos, lejos de las grandes coreografías a las que nos supo habituar Scorsese. No hay arrebatos con un bolígrafo entre los ojos, ni alguien moliendo a palos a otro en el desierto de Las Vegas, o un tiro a los pies a un camarero malhumorado: son simples descargas de frente con revólveres pequeños, un bang bang y listo, así mata el irlandés del filme.
En 2003, mientras estaba en su lecho de muerte, el verdadero Frank Sheeran reveló que él había sido el culpable de la muerte de Jimmy Hoffa. Afirmó también que fue muy duro lo que hizo, porque Hoffa era un gran amigo. No fue la primera vez que había hecho esta declaración, y la verdad es que a través de los años se desdijo unas cuantas veces sobre su implicancia y culpabilidad (por eso todavía no fue confirmado como un hecho por las autoridades).
El que sí le creyó y tomó todo en serio fue Charles Brandt, ex fiscal de homicidios, investigador y abogado defensor que escribió el libro "I Heard You Paint Houses: Frank 'The Irishman' Sheeran and Closing the Case on Jimmy Hoffa" que publicó en 2004. Esta publicación es la base de la película que se estrena hoy en Cine Universidad y el 27 llegará al streaming de Netflix.