Al jovencito de 15 años le detectaron un problema cardíaco y su club, Sporting de Lisboa, de inmediato se lo comunicó a la madre del jugador. Gracias al aporte económico de la entidad futbolística, el juvenil fue intervenido quirúrgicamente y con la ayuda de la cirugía láser se solucionó el problema. Hasta entonces, Cristiano Ronaldo practicaba este deporte sin tener conocimiento de su afección desde una edad temprana y había logrado quedar en la institución de la capital portuguesa luego de una prueba de tres días. El traspaso desde el Desportivo Nacional se concretó cuando los lisboetas se hicieron cargo de una deuda insignificante en cuanto a los montos.
Por aquellos años, en la Argentina despuntaba un atacante todo terreno en las inferiores de Boca Juniors. Había nacido en el conurbano bonaerense, en la zona conocida como "Fuerte Apache". Poco antes de cumplir los 16 años, su mamá, Fabiana Martínez, dejó a su bebé de seis meses al cuidado de sus tíos. Carlitos, así, creció entre los brazos de Adriana, hermana de su madre biológica, y de Segundo Tevez, de profesión albañil y de quien tomó su apellido. Poco tiempo después, en un descuido, agua hirviendo cayó sobre el cuello y parte del pecho del niño, ya de diez meses. Una marca que, para el hoy estrella futbolística internacional, es casi su documento de identidad.
Alex Ferguson estaba obsesionado en conseguir el relevo de David Beckham, la estrella insignia del Manchester United que había partido hacia el Real Madrid. El ojo clínico del legendario entrenador escocés se detuvo en un delantero al que se le observaban cualidades propias de un diamante en bruto. Corría 2003 y los Red Devil's habían sido contratados para jugar un amistoso con motivo de la inauguración del estadio José Alvalade, uno de los escenarios para la Eurocopa 2004 en Portugal. Ese mismo atacante que deslumbró al DT había sido desechado poco antes por el Liverpool. La contratación al "Man U" se hizo de inmediato. Y el sagaz técnico apostó a corto, mediano y también a largo plazo: le dio la camiseta con el "7" a la promesa portuguesa recién llegada, el mismo número que identificara previamente a "Becky", uno de los grandes referentes del United de todos los tiempos.
La llegada a la Premier League, en 2006, luego de un paso exitoso por el Corinthians, supuso para Carlitos el ingreso a un ambiente de normas, hábitos y comportamientos diferentes a los que él estaba acostumbrado en suelo sudamericano. Aún se recuerda su frenético cuan visceral festejo de su primer gol en el West Ham, el equipo del suburbio londinense al cual había llegado y que peleaba por no descender. Lejos de las coreografías que producen algunos futbolistas cerca de los fotógrafos, Carlos Tevez saltó la divisoria entre campo de juego y platea para abrazarse con los hinchas, quienes – asombrados – lo hundieron en una virtual montaña humana. En la última fecha de la temporada 2006/2007, los "Hammers" necesitaban un empate frente al Manchester United – ya consagrado campeón – para evitar el descenso; ganaron 1-0, con un gol del "Apache". Y Ferguson, como años antes con Cristiano Ronaldo, levantó el pulgar para la contratación.
De Londres a Manchester. En estado de "Apache" puro, Carlitos compartió por primera vez un vestuario con CR7. Y los éxitos llegaron en cascada: campeones en la 2007/2008 de la Premier League y en ese mismo mes de mayo 2008, el título en la Champions League tras una infartante definición por penales. Esa final se jugó en Moscú, contra el Chelsea, y habían igualado 1-1 en el tiempo reglamentario más el suplementario. Cristiano Ronaldo, de cabeza, había abierto el marcador; el empate, Frank Lampard. Ya desde los doce pasos, Tevez sacó diferencia con el primer penal y desairó a Petr Cech. Y el casi infalible portugués falló en su disparo, desviado por el arquero checo. Finalmente, Edwin Van der Sar se quedó con el disparo de Anelka.
Esa finalísima en suelo ruso transformó definitivamente a Carlitos en un ícono de los fanáticos del United. Sin embargo, apenas una temporada después, ese sentimiento del hincha mutó en lo opuesto. Un sello propio del temperamental, intenso, disruptivo e inconformista Tevez. De haberse ganado la idolatría absoluta del fanático de los Red Devil's hasta los primeros encontronazos con Ferguson, ni más ni menos que el entrenador transformado en un mito viviente. Lejos de buscar un acercamiento entre las partes, debido a que esto le significaba reconocer públicamente al "Apache" un error que él sentía que no había cometido, llegó el inolvidable "it´s very difficult" como respuesta al periodista que le preguntaba si iba a continuar en el club.
Por otra coincidencia llamativa, 2009 encuentra a los dos delanteros con otra camiseta. En el caso de Cristiano Ronaldo, la del Real Madrid. En el de Tevez, la del Manchester City. Las reacciones de los simpatizantes del United estuvieron lejos de ser simétricas: mientras uno se despidió con aplausos, a otro se lo hostigó con insultos y actos despectivos, al punto que se lo acusó de traidor por haberse pasado al archirrival de la ciudad de Manchester. Sin embargo, el argentino ya había manifestado su decisión de irse cuando Ferguson le había quitado espacio al señalar que tenía demasiados delanteros en el plantel. Cuando CR7 aceptó la propuesta "merengue", el escocés quiso recuperarlo a Carlitos, quien desechó el ofrecimiento por haberse sentido previamente ninguneado.
Mientras 2013 encontró a Cristiano Ronaldo nuevamente con un Balón de Oro – el anterior había sido en 2008, en el United – Tevez se constituyó en una figura determinante de la Juventus, que ganó con holgura el scudetto del Calcio. En el primer semestre de este año, cuando el astro portugués se preparaba para el Mundial de Brasil, el argentino soportaba haberse quedado fuera de la Copa del Mundo tras un virtual silenzio stampa del cuerpo técnico y de la base del plantel albiceleste respecto de los motivos.
Ahora, en sólo dos semanas, Cristiano Ronaldo y Tevez volverán a encontrarse en Old Trafford, el legendario "teatro de los sueños" del Manchester United, cuando se midan Argentina y Portugal en el último amistoso de este año. Será la oportunidad de un reencuentro entre dos gigantes del fútbol internacional en lo que va de este siglo. Dos hijos pródigos de vuelta a casa, con uno que cuatro semanas después participará del Mundial de Clubes en Marruecos y otro que tendrá una revancha personal: volver a jugar en la Selección tras tres años de exilio.
Por Fabián Galdi - fgaldi@losandes.com.ar
