A Tevez le encanta compartir almuerzos con amigos. Y más cuando hay familia de por medio. Por eso no dudó en hacer lo que hizo ayer al retirarse del Complejo Pedro Pompillo tras entrenarse con Boca.
Después del la práctica se fue hasta la sede de Barracas Central, en donde juega su hermano Miguel, uno de los últimos refuerzos del club que preside Chiqui Tapia, quien lo invitó a que se acercara a ver el entrenamiento y, de paso, a que se quedara a comer un asado con el plantel.
Y Carlitos aceptó.