Por Fabián Galdi - editor de MÁS Deportes digital -
Hay un contrato moral -en el cual domina el sentimiento y no el billete- que está roto entre el hincha de Boca Juniors y Carlos Tévez. Aunque el mantenimiento del vínculo afectivo se halle sobreactuado, quizás, entre aquél referente surgido desde las inferiores xeneize a éste que tiene más logros en su cuenta bancaria que en su actual carrera futbolística. Porque el simpatizante fue capaz de interiorizarse acerca de qué era Shanghai Shenhua hasta que supo que se trataba de un club de fútbol que participa de la Superliga de China. E inclusive, quienes tenían la oportunidad, comenzaron a observar partidos de la ignota liga profesional asiática en horarios cercanos a la madrugada. Ése entusiasmo, empero, duró poco. Se pasó sin escalas de la expectativa al desencanto. No existía ese hilo conductor que genera la empatía entre el personaje idolatrado y su nueva experiencia deportiva, la cual es - hasta ahora - por demás frustrante. El fánatico interpreta qué le sucede cuando el interés disminuye y ésto se llama rechazo. De lo contrario, hubiera encontrado puntos de contacto entre a quien le dio su apoyo y admiración a éste que pareció dejar a un lado esa construcción crecida desde el afecto. El mismo desarrollado paso a paso y que se generó desde el corazón del aficionado hasta depositarse en quien se identificaba sin término medio con la más genuina tradición azul y oro.
Ya la forma y el modo en el que se produjo el traspaso, a fines del año pasado, abrió conjeturas acerca de que buscaba Tevez a sus 33 años. Es cierto que la cifra era astronómica y que iba a pasar a tener en ese momento un contrato más jugoso que cracks de la talla de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar, pero dinero no le faltaba al astro boquense. Su propia personalidad, extrovertida, empezó a dar señales en dirección a que él mismo no podía justificar que hubiera otro argumento que el económico para tomar una decisión tan drástica. Ya no iba a estar el calor de La Bombonera en el Hongkou Football Stadium Station, ni iba a ser sencillo reemplazar las cuatro palabras Club Atlético Boca Juniors por las cinco del Shanghai Greenland Shenhua Football Club. Ni siquiera los idas y vuelta con la comisión directiva iban a tener algún punto de contacto con Greenland Holdings, la poderosa empresa que gestó la entidad china en 1993.
Tevez, multimillonario desde el punto de vista monetario, terminó despreciando a Carlitos. Ergo, a sí mismo.
Un primer indicio de cómo se fue deteriorando el relacionamiento con el hincha ocurrió durante el debut de Boca en la Superliga, frente a Olimpo. La frialdad fue la respuesta que se palpó en las tribunas, las plateas y los palcos de la Bombonera cuando se anunció que Tevez - viajó con permiso de los chinos - estaba observando el juego. Sólo La Doce expresó apoyo cuando desplegó una bandera con la leyenda: 'Carlitos, te esperamos'. Lejos de este hecho, en un ambiente en el cual las barras bravas se mueven haciendo negocios hasta con el aliento, nadie coreó el apellido de la otrora figura referencial del pueblo xeneize. Al hincha genuino no se lo compra ni se vende: expresa lo que siente y jamás disimula por dónde va su faz emocional.
En sólo nueve meses, el Apache parece haber perdido la frescura para jugar. (Archivo)
Previo a ese hecho, en agosto, Tevez se había salido del molde cuando lanzó durísimas críticas contrarias a Juan Román Riquelme. Causó sorpresa, desde ya, porque ambos emblemas de Boca habían tejido una amistad desde los tiempos de inferiores. Más allá de la diferencia de edad, los dos íconos solían profesarse admiración mutua. Sin embargo, las expresiones del Apache fueron contundentes en contra de quien - para muchos simpatizantes - es el mejor jugador que ha vestido la casaca boquense de todos los tiempos. "Cuando Román jugaba no tenía periodistas amigos, ahora se sienta en los programas y toma mate con ellos. Es ídolo y tiene la palabra autorizada, pero no le hace bien al club ni al plantel cuando habla", expresó Carlitos en una recordada entrevista concedida a TyC Sports. Puede leerse entrelíneas ese mensaje, ya que Román fue enemigo de la gestión de Mauricio Macri cuando éste era la máxima conducción del club y ahora el nacido en Fuerte Apache se ha mostrado cercano al actual presidente de la Nación e inclusive lo tuvo como invitado especial en su fiesta de casamiento.
Una relación semejante de proximidad es la que Tevez mantiene con Daniel Angelici, de hecho la continuidad de la voz macrista dentro y fuera de la institución. El presidente xeneize muestra al delantero como una muestra destacada dentro de sus logros en la gestión dirigencial. Tanto en la negociación preliminar con la Juventus FC, cuando una ingeniería financiera permitió el regreso a la Argentina, como en las tratativas con el holding asiático, el directivo puso debajo de su ala al jugador y afianzó la relación interpersonal. Todo lo contrario a lo que siempre le sucedió con Riquelme, cuando éste regresó en 2007. Por eso, las imágenes de sendos futbolistas idolatrados por los simpatizantes fueron hechas tendencia por el directivo en el juego de opuestos Román/díscolo/rebelde y Carlitos/dócil/querible. Tal caracterización funcionó en su momento, pero se desarticuló ahora.
Angelici sabe que está fuera de su alcance pagar la cláusula de rescisión por Tevez, de 6 millones de dólares. Sin embargo, alienta la expectativa de que el futbolista consolide su preparación física y se entrene con vistas a un posible retorno para jugar la Copa Libertadores de América el año próximo. Si bien el atacante es cauto y medido al declarar, tras la desvinculación del DT uruguayo Gustavo Poyet quedó sin amparo en la entidad china. El nuevo entrenador, Wu Winjui, fue crítico de entrada al tratar al delantero como afectado por el sobrepeso; luego, moderó su apreciación y bajó el tono de las expresiones descalificatorias.
Lo concreto es que dentro de un mes - el 4 de noviembre - el cierre de la temporada en el campeonato chino obrará como una bisagra. Si el astro decide continuar en el fútbol tendrá que recuperar su forma física y acostumbrarse a mantener un buen pasar pero no los casi 750 mil dólares que cobra semanalmente en su actual club. Guillermo Barros Schelotto lo quiere y Angelici - en su nuevo viaje a China - tendrá como misión el operativo retorno. Eso sí, Tevez tendrá enfrente el mayor de sus desafíos: volver a meterse en el corazón del hincha. Regresar a ser Carlitos, en definitiva.
¿Se retirará del fútbol después del 4/11 o seguirá jugando?. (Archivo)