Comenzó ayer el juicio contra tres presuntos integrantes de una banda que, en un intento de asalto, terminó asesinando a dos custodios que iban transportando, en un auto, 71 mil pesos para pagar a empleados de una empacadora de ajos, en marzo de 2010.
De los tres sospechosos, sólo uno podría recibir una dura condena. Se trata de Jesús "Jony" Wekid (31), quien está imputado por participación primaria en el doble homicidio criminis causa y por lo tanto podría recibir el máximo castigo: perpetua.
Los otros dos juzgados -Ignacio Boullone y Raúl Masman podrían recibir condenas inferiores ya que se los juzga por encubrimiento agravado y partícipe secundario, respectivamente. Además, Masman -actualmente con el beneficio de prisión domiciliaria- es un testigo "arrepentido", situación que suavizará la pena si los jueces de la Tercera Cámara lo consideran culpable.
La versión del custodio
Ayer, se escucharon en Tribunales los testimonios de Bernabé Miguel Castro y Daniel Alberto Musri, dos de las personas que iban en el Fiat Duna que transportaba el dinero y que lograron salir con vida de la emboscada en la que murieron Federico Chaparro y Miguel Ángel Ruarte.
La versión de Castro fue la más consistente, ya que Musri explicó que "se desvaneció", luego de que el Duna fuera chocado por un Renault Clio.
Castro, un policía retirado que iba en el asiento del acompañante, dijo que a pocos kilómetros de llegar a destino, vieron una Ford EcoSport que les resultó sospechosa, al punto que segundos más tarde, se ubicó detrás y empezó a perseguirlos.
Los ocupantes del Duna habían puesto su atención en el vehículo que los perseguía, y así no se dieron cuenta de que un Clio, que también formaba parte del asalto, los arremetía de frente.
"Sentí una explosión desde atrás y pensé que era un escopetazo. Abro la puerta, bajo una pierna y uno me pone un arma en la cabeza. Levanto las manos y le digo que se tranquilice. Ahí empiezan los disparos. Quiero salir y me pega en la cabeza", contó el custodio.
Según su relato, en ese momento ve que uno de los delincuentes ha metido medio cuerpo por la ventanilla de atrás y luego sale corriendo hacia la EcoSport, junto al hombre que le apuntaba en la cabeza.
"Me bajo, saco el arma, me tiro debajo de la puerta y empiezo a disparar. Ellos me ven y me disparan. Me voy rodando, me meto al monte (al pasto) y me caigo en un zanjón con barro", indicó Castro.
Ni Castro ni Musri, a pesar de ser testigos presenciales del doble homicidio, pudieron verles las caras a los agresores. Sí, en cambio lo hizo Luis Alberto Rocha, un camionero que, casualmente, pasaba por el callejón Mariani y Buenos Vecinos, donde se produjo el ataque.
Según este testigo, los agresores eran 3 o 4 personas. "Reconocí a uno: tenía barba, pelo ondulado, castaño. Es el que tiró la piedra (contra la luneta) y sacó un arma y disparó por el lado izquierdo trasero", dijo el transportista.
El debate continuará el viernes próximo, cuando declaren nuevos testigos.