Un compañero de trabajo de la víctima, el portero y el sereno del edificio donde vivían Claudia Schaefer (44) y su marido Fernando Farré (52) declararon en la causa por el femicidio del country Martindale de Pilar. Los testigos dijeron que la mujer vivía atormentada y solía comentar la mala relación que tenía el matrimonio.
El primero en declarar ante la Justicia fue un compañero de trabajo de Schaefer. Contó que sabía que Farré vivía controlando y hostigando a la mujer. Otro de los testigos que declaró fue el encargado del edificio del barrio porteño de Recoleta donde vivía el matrimonio con sus tres hijos.
El portero refirió que tenía una buena relación y bastante confianza con Schaefer, al punto de que en más de una oportunidad le comentó que tenía problemas en su matrimonio. El encargado declaró que en alguna oportunidad la vio llorando por sus problemas de pareja, que Schaefer le contó sobre algunos maltratos y que una vez él le dijo: "Tenés que denunciarlo".
Otro de los testigos de la jornada fue el sereno del mismo edificio que hacía el turno noche y que también narró alguna circunstancia conflictiva de la pareja, aunque en menor medida por no conocerla tanto.
Ante esto, el abogado Tenca afirmó que "más allá de que fueron testimonios que mencionan la supuesta mala relación que había en el matrimonio, a preguntas de esta defensa ninguno de los testigos dijo haber presenciado en forma directa ninguno de los supuestos maltratos, sino que todo lo que sabían era por lo que la víctima les decía".
El femicidio ocurrió hace una semana en un exclusivo country de Pilar. En medio de una discusión por el divorcio, Farré asesinó a Schaefer con un par de cuchillos, degollándola.
Desde entonces está preso a la espera de lo que resuelva la Justicia.
Las declaraciones continúan con las testimoniales del jefe de seguridad del country Martindale de Pilar, quien fue testigo de las actuaciones en la escena del crimen, y también con el jefe de Schaefer.
Este hombre podría declarar sobre el episodio que la propia Schaefer narró al denunciar a Farré en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema, cuando contó que su marido le mandó un mail a su superior pidiéndole que no le pagara más los gastos de su camioneta porque él quería venderla.
A esto se sumaron las versiones de tres mujeres del country que se cruzaron con el abogado de Schaefer cuando éste, al ver el ataque, salió corriendo de la casa del lote 5 pidiendo ayuda.