Un testigo comprometió la situación de dos imputados por el crimen de Leonardo Segura (80), un anciano que fue asesinado en 2013 por una banda que luego incendió su casa y su camioneta.
Inicialmente este juicio, calificado como homicidio criminis causa, se inició en la Quinta Cámara de Crimen y después de que los jueces fueran recusados por un cambio en la calificación pasó a la Sexta Cámara y ahora se realiza en la Séptima.
Ayer declaró un joven que terminó por reconocer a dos de los presuntos autores del crimen: Maximiliano Rosales y Nicolás Rosales. El testigo, pese a cambiar su declaración inicial, resultó creíble. En principio, este joven que vive en la zona donde fue asesinado Segura sólo había reconocido a uno de los imputados.
En la víspera, frente a las preguntas de la fiscal Laura Rousselle, el joven terminó admitiendo que había sido amenazado y por ello no había contado que Maxi y Nico habían participado del hecho y que los reconoció porque eran vecinos.
También declaró ayer un bombero y un médico del Cuerpo Médico Forense. El primero sostuvo que el fuego en la vivienda de Segura no era tan importante como para que los policías no ingresaran al lugar.
El médico, por su parte, indicó que la causa de la muerte de la víctima fue el monóxido de carbono. Sin embargo sostuvo que el cuerpo mostraba que había recibido un duro castigo, con lesiones graves en la tercera y cuarta vértebras cervicales.
En la noche del 4 de abril de 2013, tres individuos esperaron que el anciano -un jubilado municipal- volviera de visitar a uno de sus hijos para desvalijarle la casa. Luego lo golpearon, lo ataron y quemaron la casa para borrar toda evidencia.
Horas más tarde, a las 4 del día siguiente, integrantes de la Policía Rural de Guaymallén vieron una camioneta Peugeot que se estaba a incendiando.
Lograron rescatar la documentación del vehículo y fue así como llegaron a la casa de Segura, ubicada en callejón Ortega, Puente de Hierro, Los Corralitos.
La vivienda también se estaba incendiando, por lo que llamaron a los bomberos. Adentro de la casa vieron que había un hombre atado de pies y manos a una silla. A pesar de que se notaba que había recibido una golpiza, vieron que estaba con vida y lo trasladaron hasta el microhospital de Los Corralitos, donde falleció. El hombre tenía signos de asfixia, quemaduras en la espalda y traumatismos en el rostro y en el cráneo.
El debate seguirá el miércoles próximo, a las 13 horas.