Pergaminos, monedas de diversos materiales, diarios de época argentinos e italianos, un libro sobre Colón del municipio de Génova, estampillas de época y hasta películas que dan testimonio de las obras y la inauguración del monumento y que permanecieron ocultos casi 100 años vieron la luz finalmente ayer al ser abierto el cofre de plomo empotrado en la cripta del Monumento a Cristóbal Colón en la ciudad de Buenos Aires.
El cofre de plomo empotrado en la cripta desde 1921 fue abierto por autoridades de los gobiernos nacional y porteño, que estudian trasladar a otro destino la desarmada estatua del navegante desde su emplazamiento detrás de la Casa Rosada, pese a una controversia judicial planteada por conservacionistas y un sector de la colectividad italiana, además de los gobiernos nacional y porteño.
Los objetos fueron cuidadosamente sacados del lugar luego de más de dos horas de prolijas tareas y están hoy almacenados en herméticas cajas que fueron remitidas al Museo del Bicentenario (al lado de la Casa Rosada), hasta que se decida el lugar para su conservación definitiva.
El Gobierno nacional espera emplazar en el lugar otra escultura, en homenaje a Juana Azurduy, nacida en Bolivia en 1780 y una de las heroínas de la emancipación americana.
“Las piezas (del arcón) tienen un valor difícil de calcular y con enorme simbolismo. Son objetos queridos y pensados por quienes inauguraron el monumento” en 1921, dijo Juan José Ganduglia, director del Museo del Bicentenario, una vecina remodelación subterránea de la antigua aduana, adonde fueron llevadas las reliquias.
Para Darío Signorini, de la Federación de Instituciones Italianas del Consulado de Buenos Aires (Fediba), el hallazgo es “muy importante” porque ratifica algo que “teníamos en los libros”. Agregó que todo lo “planteado sobre la historia del Monumento lo pudimos ver en la realidad. Se trata de un legado de nuestra comunidad fruto del amor hacia este país que nos albergó”, indicó. Centenares de miles de inmigrantes italianos se radicaron en Argentina a finales del siglo XIX y en los duros tiempos de la II Guerra Mundial.
Previamente a la apertura de la caja de plomo, los asistentes visitaron el área donde está siendo restaurado el Monumento a Colón por el prestigioso artista argentino Domingo Tellechea, responsable del trabajo que apunta a poner en valor la obra, que estaba seriamente deteriorada por la corrosión, el paso del tiempo y hasta por atentados explosivos. La escultura de 10 metros de alto y 623 toneladas se encuentra acostada sobre la plaza que lleva el mismo nombre del conquistador.
El Gobierno y la colectividad italiana negocian llevarla al Aeroparque Metropolitano, frente al Río de la Plata, tras haber desistido de reinstalarla en la ciudad de Mar del Plata.
“La restauración del monumento se lleva a cabo y vamos a construirlo para 100 años más”, dijo Luigi Pallaro, otro miembro de la comitiva italiana que concurrió a la apertura del cofre.
La estatua, deteriorada por el paso del tiempo, fue realizada en mármol de carrara por el escultor italiano Arnaldo Zocchi.
La polémica por su traslado se desató en junio de 2013 entre el gobierno nacional -que decidió retirarla del lugar- y su par porteño -que quería conservarla en el mismo sitio. Pese a algunos signos de distensión, aún hay cuestionamientos judiciales pendientes entre ambas partes.
El monumento fue donado por la colectividad italiana en 1910 con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo, que inició la guerra por la independencia de la corona de España.