El sonido de la tabla viajó con eco por el aire del gigante norteño. Sobre el cuadrilátero, con el último golpe, no había tiempo para cambiar el argumento por el cual Betiana Viñas (7-4-3; 1 KO) debía alzarse con el titulo del Mundo Plata del Consejo Mundial de Boxeo.
Con el campanazo, frente al árbitro Jorge Basile, la neuquina “Terrible” y la “Silenciosa” uruguaya Paola Ibarra (3-1-0; 1 KO) cayeron en el abrazo. Sus pronósticos, en la ceremonia de pesaje, se habían cumplido: “Brindar una buena pelea”, y eso fue lo que hicieron a la altura de sus posibilidades.
El título vacante WBC pluma debía resolverse con tarjetas. El jurado certificaba en números lo hecho por “La Terrible” Viñas; el fallo fue unánime. Aníbal Andrade (99-93), Jorge Trípodi (100-90) y Arturo Villegas (99-92) vieron ganadora a la pupila de Pablo Chacón.
A lo largo del combate, la neuquina -salvo en el sexto asalto- procuró marcar su territorio, defender la iniciativa y proponer con el jab una secuencia de golpes que mantuviera a distancia a la “Asesina silenciosa” Ibarra. Viñas, que había ganado el centro del escenario, llevó con su danza a la uruguaya a respaldarse en las cuerdas.
Desde el rincón, Chacón le había pedido tranquilidad. Por momentos, Viñas se dejó seducir por la impaciencia y su pie algo adelantado restaba movimientos de ataque. La seguridad fue una construcción paulatina. En el último asalto, el técnico le aconsejó “no tiene que demostrarle nada a nadie, haga las cosas bien”, al levantarse, Viñas caminó hacía la gloria.