El sismo que sacudió el sur de Asia ayer dejó al menos 215 muertos en Paquistán y Afganistán -incluidas 12 niñas afganas que perecieron en una estampida provocada por el pánico-, y más de mil heridos, según balances oficiales.
El temblor, de una magnitud de 7,5 grados, tuvo su epicentro cerca de Jurm, en la región del Hindu Kush, a 250 kilómetros de Kabul, y a una profundidad de 212,5 kilómetros, indicó el Instituto de Geología de Estados Unidos (USGS).
El movimiento telúrico, que duró casi un minuto, sacudió edificios de Kabul, Nueva Delhi e Islamabad y provocó movimientos de pánico en la población. El balance provisional era de al menos 63 muertos en Afganistán.
En el vecino Paquistán, las autoridades locales y provinciales dieron cuenta de al menos 152 fallecidos. El ejército confirmó, por su parte, 123 muertos y más de 950 heridos. “Fue terrible. Me recordó 2005”, dijo una mujer de unos cincuenta años, que salió corriendo de su casa en el centro de la capital Islamabad.
Hace 10 años, el 8 de octubre de 2005, un terremoto de magnitud 7,6, con un epicentro próximo al del sismo de este lunes, causó la muerte de 75.000 personas y dejó a más de 3,5 millones en la calle.
El número de víctimas aún podría aumentar, avisó el responsable del gobierno provincial de Khyber Pakhtunkhwa (noroeste), una de las zonas más afectadas por el sismo.
“Toda la provincia está en alerta, y los hospitales se hallan en estado de emergencia, pero aún es demasiado pronto para dar un balance”, indicó Pervez Khattak, ministro de esa provincia “remota y montañosa”. “Nunca sentí un terremoto tan fuerte en mi vida”, dijo Mohamad Rehamn, un habitante de Peshawar (noroeste de Paquistán), de 87 años.
La labor de los socorristas se ve dificultada por la falta de comunicaciones y la fragilidad de las infraestructuras de la región.
“La cantidad de víctimas no debería ser tan importante como en 2005, pues el hipocentro esta vez era mucho más profundo”, dijo un responsable de la autoridad paquistaní de catástrofes naturales.
En Afganistán, en la provincia de Tajar (noreste), un grupo de colegialas, presas del pánico, “se precipitaron para salir” de su escuela durante el sismo y provocaron una estampida que dejó 12 fallecidas y 35 heridas, declaró Enayat Naweed, director del departamento de Educación local.
En el hospital, sus familiares “estaban tan afligidos” que no dejaron que las autoridades tomaran los nombres de las víctimas, explicó Hafizulá Safaï, responsable provincial de los servicios sanitarios.
El terremoto también causó la muerte de 30 personas en la provincia de Kunar, de 10 en Nangarhar, nueve en el Badajshan y dos en la provincia de Baghlan.
“Los primeros informes muestran un importante número de personas muertas, y enormes pérdidas financieras en Badajshan, Tajar, Nangarhar, Kunar y en la capital, Kabul”, dijo el primer ministro afgano, Abdulá Abdulá.
“Se desconocen las cifras exactas porque las líneas telefónicas se han caído y la comunicación está cortada en muchas áreas”, añadió el jefe del Ejecutivo.
Afganistán sufre a menudo terremotos, en particular en el macizo del Hindu Kush, que se sitúa en la falla entre las placas tectónicas india y euroasiática.
En Srinagar, la principal ciudad de la parte india de Cachemira, los habitantes salieron corriendo a las calles, muchos con los niños en brazos.
La red de teléfonos móviles quedó cortada, pero de momento no hay información de daños en esta región, donde hace un año las inundaciones afectaron a muchos edificios que ahora son más vulnerables a un terremoto.
El temblor se sintió hasta en Asia Central, por ejemplo en Dusambé, la capital de Tayikistán, donde numerosas personas tuvieron que salir de sus oficinas o apartamentos a la carrera.