Convencido de que si la UCR gana en Mendoza o Capital Federal puede “cambiar el mapa político” del país, Rodolfo Terragno participó en el lanzamiento de Julio Cobos como candidato a diputado nacional el jueves a la noche.
Desde su experimentada visión y pensando en su propia candidatura a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires, este veterano político considera que el país necesita polarizarse entre dos fuerzas y que la UCR debe ser una de ellas. Pero si su partido no está a la altura de las circunstancias, otro ocupará ese espacio.
-Usted estuvo en el lanzamiento de Cobos, ¿cómo ve al radicalismo mendocino?
-Al mendocino y al nacional. Siempre pasa que lo disonante es noticia y lo otro pasa casi inadvertido. Porque ver a Ricardo Alfonsín, a Cobos, a Sanz y a toda la dirigencia nacional allí es una muestra de unidad. Además, potencialmente, Sanz y Alfonsín son competidores de Cobos
. Y estuvieron apoyando el lanzamiento de una candidatura a diputado que si Cobos logra, lo convierte en protagonista de la política nacional y en competidor de quienes aspiran a llevar adelante al radicalismo, a reconstituirlo en fuerza de poder.
-En 2011 el aparato radical se deglutió al que parecía el mejor candidato. Cuesta creer que la unidad avance, sobre todo cuando Sanz ha dicho que quiere ser presidente.
-Es lo que digo. Hubo un show espectacular de unidad y de lo único que usted se acuerda es de las desuniones del pasado.
-Es la experiencia....
-No. La noticia es que el avión se cae, no que llega a destino. Las noticias fueron las acusaciones sobre Cobos, su expulsión “de por vida”. Se recuerda lo que pasó antes. No un partido que se reconstruye, con líderes que compiten, pero trabajan conjuntamente.
-Para 2015, ¿la UCR tiene que liderar una coalición para competirle al kirchnerismo?
-No al kirchnerismo, pero sí al peronismo, porque el kirchnerismo es una etapa, como fue el menemismo. Hace falta un radicalismo con vocación de poder. Por eso, en vez de asustarme que haya competidores, me entusiasma. La democracia necesita un bipartidismo. Hoy, si el radicalismo no se reconstituye como partido de poder, tiene que ser sustituido. Se necesitan dos fuerzas.
Es necesaria la posibilidad de alternar. Pero para eso hay que tener o recuperar la vocación de poder. Hubo un proceso de desintegración y algunos sectores se conformaron con ser oposición. Cuando uno decide ganar, puede ganar o perder. Pero cuando decide perder, pierde.
-Después de la caída de De la Rúa, les ha costado retomar la ruta de la vocación de poder
-No se debe permitir. Al peronismo no se le ocurrió que debía reducirse y apenarse por Isabelita, López Rega, los montoneros o la triple A. No se dividió por eso. Perdió en el ‘83 y después en el ‘89 ganó. No perdió vocación de poder. Alfonsín consiguió eso. Tenía visión, aspiración y ambición. Yo discrepo con el juicio de que Alfonsín claudicó. Él “ganó” 13 paros generales, tres sublevaciones militares. Mandó presos a los dictadores. Ahí hubo una vocación de poder.
-¿Se acabó el kirchnerismo?
-Se está derrumbando. Hubo un primer período kirchnerista, el de Néstor Kirchner, con recuperación a pesar de la devaluación traumática y con algunas decisiones afortunadas, como la recomposición de la Corte, el tipo de cambio competitivo, la renegociación de la deuda. Igual creo que en el balance los aspectos negativos superaron a los positivos.
Pero en el gobierno de su esposa cuesta encontrar elementos positivos. Sin duda, ella consiguió un éxito histórico al obtener el 54% por una atomización de la oposición, por la idea de que no había alternativa. Pero ahí comenzó la debacle. Después del 54% muy poca gente podía creer que iba a perder a la mayor parte de la CGT y los gobernadores que se le rebelaron y que buscan sucederla.
Hoy todos los discursos de la Presidenta son defensivos. Y la idea de la reforma constitucional es impracticable. No sólo por la oposición, sino por el propio peronismo, que está convencido de que el próximo gobierno será peronista, pero no obligatoriamente kirchnerista. Hay dirigentes que esperan su oportunidad. A mi juicio, en el escenario nacional, el oficialismo va a ganar, pero con tantos menos votos que perderá el quórum propio, las mayorías especiales.
-Pero es una elección donde se debe evaluar más el resultado por distrito...
-Por eso postulo no la unión electoral, pero sí acuerdos sobre políticas públicas que se puedan impulsar en el Congreso. Mezclar agua con aceite no es una solución. Hacen falta dos grandes fuerzas que puedan alternarse.
-¿Cuál es el mejor perfil para que la UCR llegue al poder?
-Alfonsín tiene gran vocación política, con lo positivo de la fisonomía, la voz y los gestos del padre, algo que también es negativo. Sanz tiene una visión política muy moderna. Y trata de romper con la tendencia al dogmatismo.
Cobos ha mostrado vocación de poder. Él no se hizo kirchnerista, sino que se asoció al kirchnerismo y al poco tiempo de asumir tomó un decisión que creó una situación totalmente nueva en el país.