Francia ayer “revolucionó” la jornada de los cuartos de final del Mundial de Vilanova i Geltrú, en tierras catalanas. Dio la gran sorpresa de la fase tras tumbar -con un solitario gol de Remi Herman- a la Selección argentina Sub-20 de hockey sobre patines y despojarla de su sueño de gloria.
El plantel albiceleste, que reclamó en forma invicta el liderazgo de la Zona C durante la rueda inicial, ayer ante los europeos fue un claro protagonista de todas las acciones: desde su mesura en el control del juego a la desesperación por lograr un empate que se mantuvo ausente.
Hoy, a las 13 (hora de nuestro país), el plantel dirigido por el mendocino Pablo Cairo chocará con Suiza buscando un triunfo que lo lleve a pelear por el quinto puesto en la general. Mientras, por un lugar en la final se enfrentarán Portugal vs. Italia (a las 14.30) y España vs. Francia (16).
Un contragolpe letal
Con su juego de rotación, Argentina apabulló a los Galos (los máximos goleadores de la primera fase) y con un primer tiempo casi perfecto, ejerció la justa presión en la salida de los europeos para obligarlos -en reiteradas ocasiones- a consumir su tiempo de posesión sin poder encontrar con la bocha el rumbo hacia al arco defendido por el sanjuanino Constantino Acevedo.
Pero en ese sistema ejercido, a total voluntad durante los primeros 18 minutos del partido, se vio en jaque por un contragolpe. A los 18’50”, Herman recibió a la carrera un cambio de frente y penetrando por el corredor derecho coló -con una diagonal interminable- la bocha al segundo palo argentino. En los últimos segundos, los albicelestes siguieron probando con potencia los reflejos de Lilian Brouver, pero el arquero de los últimos dos mundiales de la categoría desarticuló -como a lo largo del primer período- el peligro.
En el complemento, Argentina sostuvo la presión y simplificó su receta táctica con disparos de media distancia. Francia sembró un cuadrado defensivo -casi impenetrable- y se quedó aguardando una posibilidad para cerrar el partido. La misma llegó, a los 17’30”, con un libre directo ejecutado por Carlos Di Benedetto, pero el remate se durmió en los guantes de Acevedo. Pisando el final, con cinco hombres de campo, Argentina redobló su apuesta por lograr “ese”gol.
Con la frente en alto
La imagen del capitán, el mendocino Adolfo Isoler, alentando a sus compañeros para que no se dejaran caer sobre la pista fue conmovedora. Los números finales hablaron de juegos diferentes: Argentina disparó 19 veces con peligro sobre 8 de los franceses, pero en estos partidos el hambre de gloria también se abraza a la suerte.