El Departamento General de Irrigación terminó los trabajos que durante 90 días realizó en El Carrizal y con los que elevó la altura del vertedero del dique, una obra que permite aumentar significativamente la cantidad de agua que puede almacenar la represa, desde donde se riegan más de 100 mil hectáreas cultivadas a lo largo de los cinco departamentos del Este.
La obra demandó una inversión de $ 17 millones y estuvo a cargo de la empresa Camiletti SA que, con una estructura de hormigón, elevó la altura original del vertedero, un trabajo que aumenta en 50 hectómetros cúbicos la capacidad total de El Carrizal (cada hectómetro cúbico es un cubo de cien metros de lado).
"El viernes se terminó la construcción de hormigón en el labio del vertedero y ahora se trabaja en los detalles de algunas juntas, pero la obra está finalizada", comentó José Álvarez, superintendente de Irrigación. Así y según el calendario de ingreso y erogación del agua de riego, recién en agosto podrá observarse a simple vista, la mayor capacidad de agua que ha ganado el dique.
El Carrizal regula el caudal proveniente del río Tunuyán Superior y lo distribuye para riego de los cinco departamentos del Este a través de la cuenca del Tunuyán inferior y de una extensa red de canales; lo comparten Luján y Rivadavia. Comenzó a construirse en 1965 y fue habilitado en 1971, con una capacidad máxima de 390 hectómetros cúbicos de agua para riego. Con el paso del tiempo y la acumulación de sedimentos, ese volumen se redujo un 30 % hasta los 275 hm3.
Para contrarrestar esa pérdida, Irrigación construyó una estructura de hormigón de 1,5 metro por encima del vertedero original, lo que aumenta el nivel máximo de El Carrizal y permite recuperar el 54% de la capacidad perdida desde su inauguración.
"En 1971 se estableció una vida útil de 45 años para la presa, un lapso que se cumple ahora, en 2016 y aunque el dique sigue funcionando lo ha venido haciendo cada vez con menos capacidad por los sedimentos acumulados. Con esta obra, extendemos en al menos 30 años su vida útil", agregó Álvarez.
"Por la menor capacidad, estamos largando agua en julio y se pierde por el río porque nadie la usa. Con esta obra almacenaremos más agua en invierno y vamos a extender la fecha en la que podemos largarla y así, en vez de hacerlo obligadamente en julio cuando no la necesita nadie, hacerlo en agosto cuando empieza la floración", explicaron desde Irrigación.
Pero, además del vertedero, el Departamento General de Irrigación quiere avanzar en otros dos proyectos: por un lado, actualizar la tecnología con la que se controla al dique y por otro, limitar la entrada de sedimentos a la represa.
"Al Carrizal le cabe ahora más agua, pero necesitamos actualizar el instrumental con el que se lo controla, porque tiene el mismo desde su inauguración y hay otras tecnologías, más precisas", indicó el superintendente: "Además, y para evitar que se sigan acumulando sólidos en el fondo del dique, es necesario construir, en el ingreso del embalse, una trampa de sedimentos".
Estudios técnicos y reclamos de clubes
En un principio la obra en el vertedero entró en la polémica, porque desde algún sector se señalaba que los estudios técnicos no eran los suficientes.
Como respuesta a ese reclamo, Irrigación no sólo ha trabajado el proyecto con la UNCuyo sino que además contrató los servicios de la Universidad de San Juan. "Siempre estuvimos seguros de nuestros estudios técnicos y los hemos respaldado con las universidades", señalaron desde Irrigación.
Las aguas de El Carrizal riegan cultivos de más de 20.000 productores, la gran mayoría de ellos entusiasmados con la obra. "No olvidemos que vivimos en un desierto y esta obra podrá darnos unos cuarenta días más de agua de riego", opinó el agricultor Edgardo Robi, hace algún tiempo, durante la audiencia pública previa a la obra.
Finalmente, el embalse El Carrizal es uno de los puntos turísticos más visitados de la provincia, con una concurrencia anual en sus clubes que supera las 600.000 personas. Aumentar la cota máxima del dique hará que se reduzcan sus terrenos y que muchas instalaciones queden potencialmente bajo el agua, aunque sea por unos pocos días.
Por esto hay preocupación en los clubes instalados en este sector, que buscan algún tipo de resarcimiento, un tema que no es sencillo de resolver ya que si bien tienen derechos adquiridos, luego de un decreto de 1973 que reglamenta la administración y construcción en esas tierras costeras, la principal función del dique ha sido siempre el riego de cultivos.