A fines de junio, la flamante ala norte de la Estación Terminal Mendoza quedó habilitada y operativa. Con una fachada e instalaciones vanguardistas, incluso el sector resalta en contraste con las históricas alas este y oeste. Casi tres meses después de la inauguración, usuarios y empleados del lugar coinciden en que la obra cambió para bien la imagen de esa zona de Guaymallén.
En cuanto a seguridad, el cierre perimetral de todo el predio -únicamente se puede ingresar y salir por las entradas habilitadas- y la instalación de cámaras de seguridad, acompañada por más guardias de seguridad privada y presencia policial, derivaron en que prácticamente no se hayan registrado delitos mayores en el interior de la estación.
A este cambio se suman instalaciones más cómodas, lo cual -coinciden los consultados- lleva a que los pasajeros prefieran quedarse al menos "un ratito más" del estrictamente necesario.
"Antes la gente que viajaba y salía de Mendoza, llegaba sobre la hora. O cuando llegaba alguien a la provincia, quien la venía a buscar calculaba para llegar justo y no pasar ni cinco minutos en la terminal. Ahora hemos logrado mayor permanencia de la gente", destacó el gerente general de la terminal Estación Mendoza, Matías Díaz Telli.
Habituarse a los cambios
El tráfico de personas se mantiene en los parámetros normales: un piso de 40.000 transeúntes por día, con picos de 80.000 en fines de semana largos y en temporada alta.
Más allá de esto, hay situaciones a las que muchos usuarios no se adaptan aún y generan algún que otro cortocircuito diario. La principal es la creación de un área de embarque, para presencia exclusiva de los pasajeros.
"A los familiares o amigos de quienes viajan les cuesta entender que no pueden acompañarlos más hasta la plataforma como antes. Incluso a veces hasta discuten con los guardias, pero no se puede pasar a la zona de embarque sin boleto", resumió Soraida, quien se desempeña en el área de informes de la terminal y destacó que la gente agradece la comodidad y la seguridad que ofrece el lugar.
"No nos queda otra que despedirnos así, a la distancia. Pero, bueno, nos damos un abrazo de este lado y listo", indicó a su turno y con una sonrisa Pablo, minutos antes de desearle un buen viaje a su primo y de que este ingresara a la zona de embarque.
Otra opción para aquellos que son fanáticos de esperar hasta el último segundo antes de que su ser querido aborde el colectivo es saludar desde el primer piso, y despedirse de quien está en la planta baja y del lado del sector para pasajeros. "Le da un toque más de romanticismo", agregó, casi a las carcajadas Betina, mientras agitaba su brazo derecho para despedir a su novio.
En cuanto a las obras en los otros sectores de la estación, estas avanzan a su tiempo, aunque hay trabajos que no tienen plazos definidos y se han estancado a raíz de la situación económica nacional y el valor del dólar (ver aparte).
Renovación elogiada
Paola trabaja desde hace ocho años en la terminal mendocina. Es empleada de una panadería en el renovado sector que da a calle Reconquista, y no disimula su conformidad con el nuevo lugar. "Estuve en el ala norte vieja, porque muchos trabajamos en locales que ya estaban. Y cambió muchísimo todo. La estructura, la iluminación, todo ha elevado un poco el nivel del lugar, aunque eso ha elevado también un poco el alquiler. La gente que se detiene a comprar algo me pregunta por los otros sectores y sobre cuándo los van a renovar, se entusiasman con la nueva terminal", indicó la comerciante, quien además destacó que trabajan con mayor comodidad. "Antes llovía un poco y había goteras por todos lados, ponían baldes en toda la terminal", ejemplificó.
En la planta alta de este mismo sector están casi todas la boleterías, incluso las de los servicios urbanos de media y larga distancia que antes estaban en el ala oeste (la que da a Costanera). Aquí también se observa una situación más ordenada que antes del viernes 28 de junio. "La gente está más contenta, y lo demuestra, sobre todo quienes viajan seguido. Muchas personas vienen hasta acá con los familiares que viajan, y cuando bajan y pasan al sector de embarque, los acompañantes se quedan acá y los saludan. Está bueno el hecho de que no pasen todos ya, porque antes se juntaban familias enteras en las plataformas y al lado del micro... era peligroso", observó Caterina, empleada de una de las boleterías, quien también resaltó la comodidad del nuevo espacio para quienes trabajan en la venta pasajes.
Entre tantos halagos, hay algunas quejas, y tienen que ver con la nueva ubicación de las paradas de taxis, ahora ubicadas entre la playa (también renovada) y el edificio de la terminal. "Antes podíamos pararlos y subirnos a la altura de la salida principal. Pero ahora tenemos que caminar hasta la esquina de Alberdi", destacó en tono de queja Marta, obligada casi a empujar su equipaje por el piso.
Avances
Según indicó Díaz Telli, tanto personal de la Policía de Mendoza como de la Federal, de la unidad Turística y de Gendarmería fue capacitado por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en el uso operativo de la sala de embarque y de los escáners.
En los próximos días, en tanto, se instalarán paneles que separan el sector de preembarque con el exclusivo para los pasajeros. Pronto inaugurarán también cuatro locales más en el área.
"Toda la terminal cambió por la obra, no sólo el área norte. En 2016 había 90 delitos por semana y ahora bajó 90% ese índice. De ser el segundo punto de mayor robo de documentación a extranjeros en el país (después de Retiro), hoy estamos fuera de los 10 más inseguros", ejemplificó el gerente de la estación.
