Túpac Amaru apareció en escena ayer con más de 200 trabajadores, algunos de ellos encapuchados, y forzaron el portón de maestranza, en donde estaban atrincherados los municipales que mantenían la medida de fuerza. La situación volvió tensa la mañana y amenazó por momentos en un enfrentamiento entre las partes.
"Pedimos que nos dejen sacar los camiones para poder continuar con la construcción de viviendas sociales", pidió la representante barrial Nélida Rojas y amenazó: "Si acá no aparece en media hora Righi se pudre todo". Así comenzó la cuenta regresiva en la que todos esperaban al intendente, presencia que se hacía rogar a través de la mediación de sus funcionarios.
Finalmente todos fueron citados a la Parroquia del departamento y la presión ejercida por la organización barrial les valió un lugar en la mesa de diálogo. En aquel lugar comenzó a gestarse el acuerdo al que llegó el municipio y ATE debido a la intervención del cura párroco Juan Miranda.
