Fueron tres. ¡Tres veces cinco! ¡Tres veces 5-2! Una en cada participación en los primeros Nacionales. Gimnasia y Esgrima era de esos equipos cuyos jugadores se levantaban con el pie derecho y eran capaces de 'pintarle la cara' a cualquier adversario de turno. Así fue en cada uno de sus tres incipientes participaciones. En 1970, por la tercera fecha del Nacional, el Lobo goleó 5 a 2 a Atlético Tucumán. Aún perduran en la retina de los más memoriosos las imágenes del público tucumano aplaudiendo de pie durante el segundo tiempo al "Víctor y su ballet".
Al año siguiente, la víctima fue San Lorenzo en el recordado 5-2 en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, el día que el árbitro Roberto Goicoechea paró el partido para pedirle a Legrotaglie y a sus compadres que tocaran para adelante porque no se hacía cargo de lo que pudiera suceder. Ese día, la gente de San Lorenzo despidió al colectivo de Gimnasia con una tremenda ovación.
Y la tercera victoria por ese contundente marcador fue durante el Nacional 1971, cuando en la cancha de Godoy Cruz, el Lobo trituró a una auténtica escuela del fútbol argentino como Newell's.
"Tuve que salir en el entretiempo por un golpe que sufrí en la cabeza. Los muchachos se pasaron en el segundo tiempo." Víctor Legrotaglie - Volante de Gimnasia.
“Fue un partido que no muchos se acuerdan, pero fue de lo mejor que he visto como planteo táctico- técnico a nivel individual y colectivo desde que comencé a ver fútbol. Fue uno de los mejores partidos que le vi jugar al Documento Ibáñez y a Gimnasia”, recuerda el historiador y coleccionista gimnasista Oscar Casares, quien lo cataloga como “un triunfo aislado” porque aquel Lobo no logró deslumbrar como años anteriores. De hecho, cuatro fechas después, termina perdiendo un largo invicto en Mendoza a manos de Sportivo Desamparados de San Juan.
La excelente campaña realizada por el Lobo en el Nacional 71 había hecho que se lo incluyera en la fase final del Regional de 1972. En el duelo decisivo (ida y vuelta) se midió con Unión de Santa Fe y lo derrotó por un global de 5-4 que lo clasifica para jugar su tercer Nacional, lo que hacía ilusionar a sus hinchas con campañas similares a las de los años anteriores.
Sin embargo, ya sin el 'Polaco' Torres y el 'Bolita' Sosa, los otros integrantes de Los Compadres, Gimnasia tuvo altibajos en el rendimiento y en los resultados. Apenas dos triunfos en trece partidos marcan la irregularidad del equipo dirigido por Pedro Pablo Sará. El clásico interzonal ante San Martín de la décima fecha terminó empatado en dos y el otro resultado rescatable fue la igualdad (1-1) ante Boca Juniors, rival con el que sorpresivamente se mantuvo invicto en enfrentamientos directos hasta el Nacional '82.
Última función del maestro
Ese Torneo Nacional de 1972 fue el último que jugó Víctor Antonio Legrotaglie con la camiseta del Lobo. El Maestro dejó su huella con 43 partidos y 8 goles oficiales. Al año siguiente, en 1973 jugó el torneo de la Liga para Gimnasia y para el segundo semestre fue a Independiente Rivadavia como refuerzo para el Nacional de ese año. Junto a Cayetano ‘Santos’ Guayama, ‘Documento’ Ibáñez y Darío Felman, en la Lepra hizo una dupla inolvidable con Tomás ‘Trinche’ Carlovich.
En el Blanquinegro jugó oficialmente hasta 1974: se retiró campeón del torneo de la Liga Mendocina. En 1975 llevó su zurda mágica a Andino de La Rioja y allí tuvo su final. En 1976 regresó al Mensana para jugar un recordado amistoso ante Boca, el día que Gimnasia ganó 2-1 y él se reencontró con su otro compadre y amigo, Carlovich. Fue por la negociación del pase de Felman al Xeneize. El Víctor, un héroe sin tiempo.
"Las cosas nos salieron bien, ya no perdemos más. Luego del empate con Chacarita sabía que estábamos para esto." Juan de Dios González - Defensor de Gimnasia.
Un invicto en casa que duró 3 nacionales
Entre 1970 y 1972, Gimnasia y Esgrima no sólo marcó una época dorada de nuestro fútbol por el vistoso estilo de juego que mostraba el Lobo en cada presentación, sino que también dejó una estela indeleble, un hito difícil de igualar. Es que Gimnasia se mantuvo imbatible en Mendoza.
Actuando como local en el Feliciano Gambarte, el invicto comenzó el 6 de setiembre de 1970 (goleada 3-0 a Chacarita campeón del año anterior) y se quebró el 19 de noviembre de 1972 en la derrota (2-3) frente a Sportivo Desamparados de San Juan. Fueron 14 victorias y 7 empates, una marca que es todo un récord para la institución. Y el que explica este fenómeno es el rosarino Luis Esteban Castellanos, quien llegó al Lobo de la mano del Víctor (fueron compañeros en Alianza de San Juan en 1966-67) y no se fue más. Hoy, vive en Chacras de Coria.
"Gimnasia tenía un plantel que, si bien en Mendoza muchos no le tenía fe, la clave es que casi todos tenías de 26 años para arriba y sabíamos que teníamos que jugar de esa manera", le cuenta el Cabezón a Más Deportes. ¿Cuál era esa manera? "La base de ese equipo era la defensa, recuperábamos, le entregábamos la pelota al Víctor y lo peor que podía pasar era un lateral a favor nuestro. ¡Tenés que jugar con el Víctor para saber la trascendencia que tenía el como jugador!", agrega el marcador de punta derecho que se inició en Newell's Old Boys, quien larga una sentencia:
“Los primeros que marcamos con tres defensores fuimos nosotros. Juan de Dios González, gran jugador, era un marcador de punta que ganaba la línea de fondo y te tiraba diez centros atrás por partido. El ‘Documento’ Ibáñez era un jugador extraordinario que recuperaba, gambeteaba para adelante y llegaba al gol y el Víctor teniendo una mala tarde te metía tres pelotas de gol. Nadie rifaba la pelota y siempre salíamos jugando de atrás. Los equipos de Buenos Aires nos salían a jugar y eso nos favorecía porque nosotros teníamos delanteros muy rápidos”.
