La denominada 3a Sección de la capital mendocina tiene historia y tradición en su haber. Se encuentra cerca del centro de la ciudad y está pegado al primer asentamiento de lo que conocemos como ciudad de Mendoza, el Área Fundacional, en la plaza Pedro del Castillo.
Parte de la llamada "Ciudad Vieja" (que se extiende entre avenida San Martín y el zanjón Cacique Guaymallén) es la delimitada para esta nota por un eje sur-norte que corre entre las calles Alberdi y Buenos Aires, donde se ubica el Acuario Municipal, y en la dirección este-oeste, desde Montecaseros a la Costanera (Pedro B. Palacios).
El arqueólogo Horacio Chiavazza, director del Museo del Área Fundacional, sostiene que "parte del área de referencia es importante a nivel patrimonial", aunque mucho más lo es el área donde fija el establecimiento que dirige, el museo, la plaza Pedro del Castillo y las Ruinas de San Francisco, testimonios de aquella ciudad colonial que empezó en 1561.
En calle Alberdi, la docente jubilada María Ester Cantudo (65) acotó: "Estamos muy cómodos de vivir aquí, frente a la plaza (Del Castillo), nada nos molesta. A veces, inclusive asesoramos a turistas. Lástima el cierre del hogar San Vicente de Paul, ahora un punto abandonado, cuyos techos pueden ser utilizados por desconocidos para ingresar a las propiedades vecinas".
En el punto opuesto, Justo Pedro Gascón, de lúcidos 88 años, un ingeniero que fue muy amigo del arquitecto Daniel Ramos Correas, contó que se estableció en calle Buenos Aires al 300 en 1963, en el primer edificio para la residencia de personas que construyó el Centro de Empleados de Comercio (CEC).
Gascón tiene una buena opinión de "la Tercera" y por nada del mundo se iría del lugar. Además, de haber cumplido una extensa campaña en el Instituto del Cemento Portland Argentino, el ingeniero hizo cosas por esta parte de la ciudad, como por ejemplo haber tenido a su cargo el refuerzo estructural de la Iglesia Nuestra Señora de Loreto, la catedral de Mendoza, dañada severamente por el terremoto del 26 de enero de 1985.
Fue este hombre además quien rescató la memoria de un insigne habitante de la zona, el arquitecto Aniceto Juan Puig, fallecido hace unos años, quien encabezó la remodelación y el refuerzo sismorresistente de la iglesia de la Merced, sobre calle Montecaseros al 1645.
Potencial arqueológico
Sobre Montecaseros, en la actual escuela Gregorio Las Heras, se ubican los restos del templo de San Agustín, preservado bajo tierra en un sector de patio y que espera la puesta en valor patrimonial. Esto lo contó el director del Museo del Área Fundacional, arqueólogo Horacio Chiavazza.
Refirió que varios hitos tienen un valioso potencial arqueológico, y desde el Centro de Investigación de las Ruinas de San Francisco (Cirsf) se han hecho adelantos en sondeos que permiten aseverar que se conservan pisos, cimientos, arranques de muro, restos cerámicos y óseos, como así también, entierros (esqueletos) en las fosas excavadas en los templos coloniales como puntos de inhumación.
Las ya descriptas Ruinas de San Francisco (Ituzaingó y Beltrán), son el único testimonio del terremoto que el 20 de marzo de 1861 destruyó la Ciudad de Mendoza.
En las manzanas de la jurisdicción demarcada, se observan viviendas muy antiguas, casas modernas y edificios en torre, baldíos y muchos comercios, de las más diversas condiciones.
Dos caras
De día es zona relativamente tranquila por la actividad de los negocios y el funcionamiento de varias escuelas, pero de noche la realidad cambia notablemente, ya que el ejercicio de la prostitución callejera trae aparejado un submundo peligroso, con corridas, gritos, bruscas frenadas y partidas de vehículos, peleas y la utilización de los espacios en actividades non sanctas, que obligan a los vecinos a recluirse en sus hogares.
Un vecino de la calle Córdoba al 480, el mecánico Carlos Augusto García (69), felicitó a la actual administración municipal porque -dice- "está haciendo algo" por ellos; sin embargo, tiene reclamos. Por un lado, plantea que la existencia de baldíos es un freno.
"No se construye ni se venden, impiden el avance de nuestro vecindario y son un foco de riesgo", aseguró. Y también planteó que las veredas están destruidas en muchas cuadras a la redonda.
Antonio Rizzo es el administrador de la majestuosa iglesia de la Merced. Conoce mucho la zona y la valora. "Estas calles tienen distintos horarios. De día, impera lo familiar y lo comercial, y de noche, la inseguridad. Nuestro templo y los colegios aportan mucho por la seguridad, pero cuando las sombras invaden... no es lo mismo", sugirió.
Del imponente templo que ocupa prácticamente una manzana, hay que señalar que el actual edificio fue levantado en 1908/'09. Fue diseñado y construido por el ingeniero Víctor Barabino, quien era especialista en obras sismorresistentes, en aquella época.
Pulmón verde
Detrás del templo, se encuentra el parque O'Higgins, que es el espacio verde que va en paralelo a la Costanera, y que se extiende desde la calle Alberdi a Buenos Aires.
Lo administra la Municipalidad de la Capital, y tiene una excelente forestación, pero a juzgar por comentarios de algunos moradores, necesita más personal para su atención y más riego.
Sin embargo, hay que aclarar que el intendente Víctor Fayad anunció el mes pasado la segunda etapa de remodelación de este espacio, junto con la plazoleta Uruguay, y la ejecución de dársenas de estacionamiento, por un monto de $ 6.200.000 y un plazo de obra de 180 días corridos.
Lo que sí está en muy buen estado es el sector del O'Higgins que fue arreglado y cerrado con un alambrado para evitar el vandalismo.
Es la superficie comprendida entre las calles Entre Ríos y Buenos Aires, que se encuentra con los juegos y accesorios en impecable estado. Jorge Alonzo (61) lo visita a menudo con su esposa y su pequeño hijo, cuando el niño sale del colegio San Pedro Nolasco.
"El lugar está limpio y todo funciona (las señales de una pista vial y los juegos)- y eso lo predispone a uno a venir; antes era imposible", señaló Jorge, que es vecino de San José (Guaymallén).
El acuario
Al lado del sector cerrado del parque O'Higgins, está el remodelado Acuario Municipal (Ituzaingó y Buenos Aires), que luego de su ampliación y puesta en valor cuadruplicó sus visitas. En 2012, flanquearon la puerta de ingreso 262.000 personas.
Inaugurado en 1945, en su nueva estructura contiene especies locales y exóticas de agua dulce y salada. Se destacan entre ellas las especies del Río Paraná y la vedette del establecimiento, la enorme tortuga marina (Jorge, de nombre), de 90 años aproximadamente, que hace una década y media está en cautiverio.
La institución posee infraestructura para facilitar el acceso de visitantes con discapacidad, cuenta con una plataforma hidráulica y un sistema de rampas que permiten la libre circulación en la totalidad del recorrido. Tiene un anfiteatro, 3 espejos de agua, 36 pequeñas pantallas de leds con textos explicativos, y una terraza donde se encuentra el recinto de los yacarés y reptiles.
Particulares
Las viviendas de la zona se caracterizan por ser casas modernas, pero predominan todavía muchas antiguas, y no faltan baldíos abandonados, que son la contracara del progreso.
Muchos vecinos que hablaron sin dar sus nombres, reflexionaron sobre el enorme desafío que implica poder erradicar la prostitución callejera. Es una cuenta pendiente, aseguran, que está en las espaldas de las autoridades municipales y las del Gobierno provincial.
Pese a todo, mucha gente dijo querer mucho a esta parte de la Ciudad Vieja, y no tienen la menor intención de mudarse.
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Tercera Sección: atractivos y contras de una parte de la "Ciudad Vieja”
El sector se extiende entre Alberdi y Buenos Aires, y entre Montecaseros y la Costanera.
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