Pasaron 8 años desde De barro y ceniza, aquel primer texto con el que Piccolo ganara el certamen literario local, para que se decidiera a publicar nuevamente. La maldición del Vendimia, dicen. Aunque en realidad varios de los poemas que componen este libro ya tienen cierto andar, si bien se trata de poemas nuevos (e inéditos), estos textos ya han recorrido varios ciclos, lecturas, micrófonos, cámaras, performances y demás excusas que el autor encontró en el camino para foguear lo que ahora toma forma de objeto legible y flamable. Sin embargo, los poemas de este libro llegan tarde, sospecho con varios años de deleay. Es que desde hace tiempo escuchamos ese verso de inyectar recursos en los sectores altos para que le vaya bien a un grupo minúsculo, que luego, por decantación –o derrame-, hará posible también ese mismo bienestar en los sectores más bajos.
El viejo cuento que a los trabajadores les irá bien si primero esto le sucede a sus patrones. Sabemos ya el final de la historia que comienza con la narración de un viaje en cohete a la estratósfera que nos llevaría a cualquier lugar del planeta, pero que en realidad nos deja en una plaza donde el único que viaja lo hace en helicóptero y no justamente por placer. De cosas como esa plaza, que todos conocemos, es que habla Piccolo, y ahí es donde funciona el poema y su actualidad, en cuanto cuestiona:
(…)
qué clase de país
construye la historia
en una plaza
sin juegos infantiles.
Ese señalamiento del que hablamos hace foco en situaciones específicas, determinadas, conocidas, y en algunos casos tristemente célebres, como las muertes de Luciano Arruga y Leonardo Rodríguez. La poesía de Piccolo es crítica, con algunas dosis de ironía y un sabor agrio sobre el final, si fuera un vino ofrecería cierta resistencia al tragar, en especial al poner en evidencia aspectos de nuestra propia sociedad que no son de los más potables.
La pablito González
en los cantris
están extremando medidas de seguridad
se levantan muros
cada vez más altos
se ponen guardias
cada vez más violentos
se compran armas
cada vez más grandes
están muertos de miedo
es lógico
en el barrio
han puesto una biblioteca.
"Teoría del derrame" tiene dos tópicos centrales, el primero (y más evidente) es el de la desigualdad social, abordado en torno a temáticas como el desempleo, el sistema y el hambre. Lugares donde es complicado entrar desde la literatura sin caer en una falsa pose, en especial en tiempos donde es mucha la gente que lo padece cotidianamente (y no como un mero tema). Me consta que el autor ha frecuentado la biblioteca Pablito Gonzalez y también que en algún momento se ha quedado sin trabajo, quiero decir que conoce de lo que habla, no se trata de una teoría de escritorio sino más bien de una praxis poética. La especulación pasa por otro lado. El otro tópico, quizás menos legible, gira en torno a la literatura misma, el sentido del poema, la funcionalidad del poeta, cuestionamientos internos del propio texto sobre el lenguaje y su práctica.
Descubrimientos alimenticios
en la escuela la maestra explica
las matemáticas con naranjas y bananas
el descubrimiento de américa
con el huevo de colón
la teoría de la gravedad
con la manzana de newton
los que están por reprobar
piensan
en los asombrosos descubrimientos
que se hacen
cuando se tiene
la panza llena
Piccolo escribe lo que ve y experimenta con mucho de lo que no. Pasa el tiempo entre juegos de palabras y juegos infantiles, se detiene ante las vidrieras de las jugueterías y decide que no va a regalar sus juguetes cuando crezca. Mientras tanto, pequeños vairoletos asaltan un local donde nunca hubo algo para ellos. Teoría del derrame estará disponible desde este domingo en Mendoza, se podrá conseguir en la presentación o directamente a través del autor, sin necesidad de esperar que a otros les vaya bien primero.
Ficha
Teoría del derrame
Sello: El andamio ediciones (San Juan)
Diseño y edición: Damián López
Encuadernación rústica
Tamaño: 19cm x 13cm 84 páginas
Presentación: a cargo de Gonzalo Córdoba
Domingo 9 de julio 21hs (El living bar)