De especialidades gastronómicas se trata esta ruta que sigue los caminos cordobeses del Valle de Traslasierra y del Noroeste provincial en busca de las manos que preparan las delicias autóctonas.
La de los Sabores, tal y como la apodan, es una movida turística creada a partir de la concepción de que los alimentos regionales son una parte importante del patrimonio cultural. Tiene varias aristas y desde ya que recorrerla es una invitación a encontrar la esencia local en productos comestibles y los entornos serranos que todos buscan cuando viajan a Córdoba.
Folleto en mano -que se consigue en los informadores turísticos- y prepárese para sorprender el paladar y el espíritu.
Además del alfajor
Alfajores, dulces y licores dan la temática a una de las sendas. Las paradas son en fábricas, tiendas y almacenes en los que los que tienen la glucemia alta no deberían ingresar. Siguiendo los puntos que marcan el material impreso disponible o el boca en boca, se conocen situaciones personales y particulares que hacen a los sabores.
Artesanales en su mayoría, los productos suelen remitirse a recetas de larga data y de transmisión familiar, de allí sus especificidades. A continuación un ejemplo que sirve para que el lector se figure y se tiente. En Villa de las Rosas, está la fábrica El duende, que aprovecha su cercanía con las Sierras Grandes para obtener frutos con un néctar concentrado que sin dudas les da un toque especial a sus dulces.
En las laderas orientales y al pie del cerro Champaquí está La Casa de Juana, que se especializa en seguir las tradiciones de la repostería colonial, con recetas de esos tiempos. Por consiguiente usan para sus confituras pailas de cobre en las que cocinan con fuego a leña, otra alternativa, entre tantas.
El paseo sigue y es el viajero el que marca las postas. Posiblemente amerite una, entre algarrobos, molles y espinillos para percibir el aroma de las frambuesas frescas y luego reencontrar su sabor en un frasco de dulce. Pero hay más: almíbares de frutos de estación, alfajores serranos, pastelitos de membrillo y batata, mieles orgánicas con propóleo, bombones de nuez y hasta licores medicinales, en este itinerario que endulza, pero no relaja.
Sinestesias
Establecimientos especializados en hierbas aromáticas, son otra de las posibilidades de la Ruta de los Sabores. Así, productores, vendedores y también restaurantes que las usan en sus platos desafían los sentidos.
El Manantial (en Loma Bola, San Javier), es una granja ecológica -que recibe visitas- donde se recolecta y seca salvia, romero, melisa, estragón, menta, cedrón, ajenjo y tomillo, entre otros. En tanto, para aprender, lo recomendable es ir al Paseo Patio Colonial Casa de la Cultura. Allí hacen un recorrido guiado con reconocimiento de hierbas en un patio colonial recuperado (también en San Javier).
Por su parte, los restaurantes preparan pollo al disco con aromáticas de la zona, huevos revueltos condimentados con peperina y orégano, trucha con manteca de cedrón y hasta sorbette de hierbas. Para la hora del té, imprescindible es el blend Traslasierra.
Particular
El de los sabores sanos y naturales es un itinerario que reúne a productores de distinta índole, pero con principios comunes. Por ejemplo al criadero de codornices Casa de Campo, en el pueblo de Las Gramillas. Es el único de esas características en la región y ofrece visitas y comercializa huevos, escabeches, licores de huevo y huevos preparados al perejil.
Circundado por el monte autóctono está Productos Apícolas El Árbol. Dicen que se trata de un lugar único porque mixtura cultura, botánica e historia e invita a conocer todo sobre el mundo de las abejas.
En tanto en Monte de los Aloes, está don Víctor, uno de los primeros argentinos investigadores sobre las utilizaciones medicinales y cosméticas del Aloe Vera y se puede visitar los miércoles y viernes de 10 a 12.