Fernando Juncos tenía 27 años y era el hijo del reconocido ex futbolista Luis "Chavo" Juncos. El sábado 26 de agosto fue baleado y está muerto.
Su asesinato desató una violenta pueblada en la que vecinos del barrio La Favorita expulsaron a familiares del único acusado.
Pero esa familia tiene "sed de venganza" y en la barriada se respira tensión.
Mariano Lorenzo López Moya (39) está alojado en la cárcel, bajo la acusación de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
A esta historia se le deben agregar cuatro casas destruidas en lo que se llamó una "pueblada" y que se podría extender en amenazas de venganza.
Por lo tanto, los habitantes ahora suman el miedo a las preocupaciones cotidianas.
"Fueron horas de terror", aseguraron a Los Andes dos mujeres que viven enfrente de una de las casas que terminaron quemadas y destruidas. "Me tiré al piso y con los chicos nos encerramos hasta que pasó todo", agregó una de ellas.
La otra vecina afirmó: "Nunca viví algo así. Fue un infierno y, como todos los vecinos, tuve mucho miedo".
Un barrio de 33.000 almas
Es necesario dirigirse hacia el oeste no más de cinco kilómetros para llegar a la entrada del barrio La Favorita, conglomerado donde se originó, hace una semana, una "mala noticia".
Porque no se habla de las fábricas como Aliar, Winka o Santequia, que en la década del '40 intentaron lograr, sin éxito, un lugar dentro de una zona industrial. Ni se comenta que fuera el paso obligado para llegar al autódromo General San Martín.
Tampoco se hace referencia a lo que creció La Favorita, hoy conformada por más de 30 barrios, como el Nuevo Amanecer, Cipolletti, 31 de Mayo, entre otros, lo que quedó reflejado en el último censo, en el que se registró una población de 33 mil habitantes.
Crimen, dolor y furia
La madrugada del pasado sábado 25 de agosto un asado para celebrar un partido de fútbol ganado reunió a un grupo de amigos en una peluquería del centro de La Favorita. Y marcó el inicio de esta historia de vida que terminó en muerte.
“Era parte de un festejo. Hubo guitarras, asado y vino, lo de siempre”, explicó un vecino de la calle principal. Y hasta ese lugar llegó -sin estar invitado- Mariano López, acostumbrado a las agresiones y a las peleas, según comentan los vecinos. “Pudo haber estado alcoholizado o drogado y a los gritos pidió plata”, aseguró otro joven que participó del encuentro.
Pero como todos conocían cómo era el agresor, optaron por no darle nada: "Ni plata ni vino". Eso enfureció al intruso, que sacó un arma.
Los vecinos sostienen que López Moya siempre andaba armado y que la Policía lo sabía. Luego disparó "por lo menos 3 veces". Una bala rozó el brazo derecho del dueño del local cuando intentó esconderse en el baño.
Otra impactó en una de las paredes. Pero el tercer proyectil dio en la cabeza de Fernando Juncos, quien horas después falleció en el hospital Central.
Violenta pueblada
Conocido el crimen del hijo de un querido referente del barrio, amigos y vecinos se autoconvocaron en una revuelta popular y fueron en busca no sólo de Mariano, que había huido del lugar, sino de "toda la familia de los López".
Y así llegaron hasta cuatro casas habitadas por los padres y hermanos del acusado y las incendiaron. Además, una de sus hermanas, embarazada de cinco meses, fue golpeada.
Inclusive la turba obligó a un maquinista de una retroexcavadora a que abandonara su trabajo en la canchita y tirara paredes y techos. Luego, por precaución de su gente, la empresa se retiró del barrio.
Durante la madrugada del lunes, el victimario -al verse "acorralado"- terminó entregándose en la comisaría Sexta. A las pocas horas fue imputado y terminó alojado en la cárcel de Boulogne Sur Mer.
Mientras, una custodia policial está en la puerta de la casa donde viven los Junco, "sólo por precaución", según explicó uno de los uniformados.
"Parece que todo está tranquilo, pero hay odio y también sed de venganza por parte de los López", comentó un vecino.
Desde ese lunes, sin tener un techo en el barrio, los López optaron por abandonarlo.
Sin embargo, ya nada será igual: ni los Juncos ni los López podrán olvidar lo que ocurrió y tampoco lo podrán hacer muchos de los vecinos de La Favorita.
Antonio Sales, Referente social: “Acá vivo desde siempre y puedo asegurar que no hay gente mala"
“Acá vivo desde siempre y puedo asegurar que no hay gente mala. Sólo algunos desubicados que no respetan los códigos de convivencia, pero son los menos", explicó Antonio Miguel Sales, un referente del lugar, responsable de la Asociación Deportiva del barrio y celador de la escuela en el turno tarde.
El diálogo con Antonio, quien tiene 13 hijos y una treintena de nietos, se da a un costado de la cancha que le cambió el nombre de "El Pozo" al lugar.
"Acá hay actividad todas las semanas. Hay campeonatos de fútbol para todas las edades: niños, veteranos y femeninos (en uno de esos equipos juega la mujer de Fernando Junco). Hay festejos como Fiestas Patrias o la Vendimia", describió Sales, quien prefirió resaltar lo positivo del barrio.
Advertencia: las siguientes imágenes pueden herir la sensibilidad del lector.
Así fue la brutal golpiza a la embarazada durante la pueblada en La Favorita
Video: gentileza Mauricio Díaz