Virulencia y tensión marcaron el paso del canciller Héctor Timerman por la Cámara de Diputados adonde acudió para defender el polémico acuerdo de nuestro país con Irán en torno a la causa por el atentado terrorista a la AMIA. En este mismo clima el oficialismo buscará transformar en ley el memorando (ayer consiguió dictamen de las comisiones de Relaciones Exteriores; Asuntos Constitucionales y Justicia) para lo cual tiene que juntar 129 diputados a las 12, hora en la que está citada la sesión especial pedida por el Frente para la Victoria. La oposición se comprometió a no dar quórum.
Ayer, fuentes del bloque K confirmaron que la diputada tucumana Beatriz Mirkin, quien renunció en diciembre y asumió como ministra de Desarrollo Social de su provincia, estará hoy en el recinto. Esto es posible porque el pleno de la Cámara no alcanzó a aprobar su renuncia -por el receso de verano- por lo que la mujer pidió su reincorporación y además renunció al cargo provincial. Algo similar pasaría con el chubutense Carlos Eliceche, quien pidió licencia a su cargo nacional para asumir como ministro de su provincia.
Una alta fuente del bloque del FpV se mostró confiada y dijo que tenían previsto no sólo reunir el quórum si no sentar a 134 legisladores. El número se podría aumentar si los diputados de Hugo Moyano, su hijo Facundo y el canillita Omar Plaini, finalmente participan de la sesión. Anoche el oficialismo intentaba convencerlos. El kirchnerismo tenía asegurado el quórum gracias a sus aliados habituales y algunos nuevos como la radical catamarqueña Mariana Veaute, el salteño Alfredo Olmedo y el santafesino Juan Carlos Forconi.
La visita de Timerman a Diputados se inició con un pedido del presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, para que la oposición dé hoy quórum. Luego, el canciller inició su participación, que duró seis horas y terminó antes de tiempo, pasadas las 18, cuando finalizaron de exponer los miembros de la DAIA, de la AMIA y los familiares de las víctimas. El funcionario dejó sin responder las preguntas de muchos diputados, lo que ocasionó que parte de la oposición -el radicalismo y el FAP- se retirara del plenario de comisiones ofuscada. A esa hora, el kirchnerismo tenía dictamen mayoritario y la oposición varios de minoría, entre ellos uno del presidente de la comisión de Justicia, Jorge Yoma, quien este verano dio el salto al sciolismo.
Timerman leyó ayer el mismo texto que les presentó a los senadores hace 14 días pero les hizo algunas modificaciones. Básicamente, sus esfuerzos pasaron por asegurar que las circulares rojas libradas por Interpol sobre cinco ciudadanos iraníes -entre ellos dos candidatos a presidente de ese país- no se caerán como consecuencia directa del acuerdo con Irán, tal como sospecha y denuncia la oposición, la AMIA y la DAIA. Además, el jefe de la diplomacia insistió con que el memorando permitirá que por primera vez el juez de la causa pueda interrogar a los acusados en Teherán. "Estamos a un paso del juicio", les dijo a los opositores.
Sin embargo, el arco no K no le creyó. "Si la Constitución de Irán no permite que se extradite a sus ciudadanos no puede pensarse que habrá un juicio en la Argentina; basta del verso de que esto termina en juicio", dijo el presidente del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra. Timerman no tardó mucho en caer en las chicanas y le recordó a la UCR que el Gobierno de la Alianza acordó con Irán la venta de granos en el año 2000, lo que empezó a caldear los ánimos.
Todo empeoró cuando el jefe del bloque del Pro, Federico Pinedo, le preguntó a Timerman si había sido voluntad de Irán firmar el memorando el 27 de enero, día que se conmemora el Holocausto. "No esperé jamás algo tan bajo. No le permito que piense que yo acepté jamás una imposición como esa, me quedaré hasta las 2 de la mañana hasta que usted retire esas palabras", se enfureció el funcionario. Luego, Elisa Carrió (Coalición Cívica) dijo que pedirá la nulidad por inconstitucional del tratado con Irán y, dirigiéndose a Timerman, afirmó: "Usted me ha entregado y ha entregado al pueblo hebreo y al pueblo argentino, esperaba que hubiera renunciado antes de firmar esta vergüenza".
La mayor polémica giró sobre si el memorando no terminará ayudando a los cinco iraníes para que Interpol haga caer las circulares rojas que pesan sobre ellos. Timerman aseguró que eso solo puede pasar si el juez de la causa lo solicita y que en cualquier caso Interpol siempre consulta antes de tomar esta decisión a la sede de Interpol Buenos Aires. Pero no convencieron mucho, menos después de que el abogado de la AMIA, Miguel Bronfman, recordara que hay antecedentes en la misma causa que indican que Interpol puede decidir la caída de los avisos rojos unilateralmente.
Los K versus el Pro
Antes de que hablaran los familiares de las víctimas, Agustín Rossi, jefe de la bancada K, repartió facturas a la oposición por sus posiciones cerradas. El momento más tenso fue cuando recordó que el macrismo nombró como jefe de la Policía Metropolitana a "Fino" Palacios, uno de los procesados por haber encubierto y entorpecido la investigación durante el menemismo. Ahí, la diputada del Pro Laura Alonso intentó interrumpirlo y se escuchó que el jefe de La Cámpora, Andrés Larroque, le dijo: "Callate, atorranta", lo que sacó de quicio a la legisladora que se paró y lo increpó con un "cagón" por no repetírselo cara a cara.
Entre los familiares de las víctimas se escucharon nuevas voces y se advirtió diferencias entre los grupos. Ayer Laura Ginsberg, de Apemia, volvió a calificar a la ley que se vota hoy como de "punto final".