Tensa espera de una recuperación lejana - Por Rodolfo Cavagnaro

Todos los pronósticos apuntan a una recuperación en el tercer trimestre de 2019, pero para muchos es demasiada espera.

Tensa espera de una recuperación lejana - Por Rodolfo Cavagnaro
Tensa espera de una recuperación lejana - Por Rodolfo Cavagnaro

Algunos podría decir que el ministro Dujovne ve una luz muy lejos, a la salida de la recesión. En principio parece que la ve él y algún otro funcionario, pero mientras tanto la población sufre la resaca del brusco reacomodamiento cambiario, así como de las consecuencias inflacionarias de la eliminación de subsidios, con el consiguiente aumento, de las tarifas de servicios todos públicos.

Pero mientras tanto, todos los ciudadanos se asustan con los números que dan una dimensión de la tormenta sufrida y esperan que aparezcan, en el corto plazo, señales que les permitan recuperar la esperanza. Las señales que dio el ministro de Hacienda, prometiendo mejoras en el segundo trimestre, mientras los especialistas apuntan al tercer trimestre, parecen muy lejanas y todos los pronósticos de corto plazo lucen poco confortables.

Según palabras de Dujovne, octubre marcará el último mes malo, con una inflación cercana al 5%, según cálculos privados, pero bajando a un promedio del 3% para noviembre y diciembre de 2018. Esto completaría una inflación cercana al 45% anual, y deja claro el nivel de complejidad que tenía desarmar la estructura de subsidios atada durante el gobierno anterior, financiada con emisión monetaria y atraso cambiario.

Veamos cómo es la posible evolución de las distintas variables:

Dólar, inflación y tasas de interés

Hace 20 días que el gobierno estableció un sistema de bandas de intervención cambiaria fijando un piso de $ 34 y un techo de $ 44. Ambos extremos, en los cuales el Banco Central no interviene en la flotación cambiaria, se irán actualizando un 3% mensual hasta fin de año, compatible con las estimaciones inflacionarias. Así, el piso cambiario subirá a $ 35 en noviembre, a $ 36 en diciembre y a 37,30 en enero de 2019.

Se hace referencia al piso porque, más allá de algunas turbulencias generadas por una situación internacional cargada de nerviosismo, el mercado espera que, de aprobarse el acuerdo con el FMI, hacia fin de mes comiencen a ingresar dólares que podrían ayudar mantener a raya al tipo de cambio, que ya está afectado por la caída de la demanda, tanto para importaciones como para turismo.

Con este aporte de divisas se puede llegar tranquilamente hasta los primeros meses de 2019, cuando debe comenzar el ingreso de divisas provenientes de exportaciones de granos. Este sector hará un aporte mucho mayor al de este año, pero no tan grande como se esperaba porque hubo algunas pérdidas por heladas pero, sobre todo, por la caída del precio internacional de los granos.

Mientras esto ocurre, el BCRA mantiene muy altas las tasas de interés, si bien han bajado muy poco de 74 a 72%, absorbiendo liquidez mediante la emisión de Letras de Liquidez (Leliq). La autoridad monetaria calcula que las tasas bajarán recién para fin de año, cuando se espera que bajen los índices de inflacionarios a niveles del 3% mensual hasta fin de año.

El problema es que estos niveles de tasas mantienen peligrosamente paralizadas por los elevados intereses que hacen imposible acceder al crédito, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas. Los índices inflacionarios han perforado el poder adquisitivo de los salarios y esto influye para una fuerte caída de la demanda y una recomposición de las estrategias de gasto de las familias.

Nivel de actividad

Para todo el año 2018 el gobierno estima una fuerte recesión, con una caída del nivel de actividad cercana al 2,5%, donde influye claramente la caída de la inversión, pero sobre todo un ritmo mucho más lento de la obra pública, que ha sido la variable de ajuste más rápidamente usada por el gobierno para bajar los niveles de déficit.

El gobierno tenía pensado que el déficit cayera a 2,7% del PBI hacia fin de año, pero hasta setiembre acumula solo un 1,1%, lo que asegura que se sobre cumplirá la meta comprometida, lo que facilitaría alcanzar el equilibrio fiscal hacia fines de 2019. Para el año próximo, cuando el gobierno quiere lograr equilibrio fiscal, el gobierno calcula que el PBI caerá un 0,5%, pero el FMI proyectó en 1,5%.

La realidad es que este será el desempeño promedio, aunque se espera que haya un comportamiento disímil, porque aquellos que dependen del mercado interno están afectados por la caída del poder adquisitivo de los trabajadores y por el nivel de la tasa de interés, que afecta a estos empresarios y también a los que quieren exportar, ya que les resulta demasiado caro poder acceder a capital de trabajo.

Las proyecciones esperan una recuperación de la producción primaria de granos, que estuvo muy afectada el año pasado por sequías e inundaciones que hicieron perder una porción importante de la cosecha. El otro rubro que podrá ayudar un poco son las exportaciones en general, aunque en productos industriales es más complejo ya que recuperar mercados lleva tiempo y es posible que se vean resultados en 2019, si se mantiene las condiciones y bajan las tasas.

Finalmente, el rubro que más rápido puede aportar recursos (y divisas) es el turismo. Por una parte la cantidad de argentinos que viajen al exterior disminuirá de manera importante y la demanda de divisas para ese destino será mucho mayor, mientras se espera que los argentinos viajen más dentro del país. Por otra parte, se calcula una mayor llegada de turistas extranjeros que aportarán mayor volumen de divisas. Es tanto el optimismo que se espera que la balanza neta de divisa el próximo año sea francamente positiva.

Resultados del Presupuesto

Ya pasó por la Cámara de Diputados el Presupuesto 2019 y se espera que la próxima semana lo haga por la Cámara de Senadores. De acuerdo a las negociaciones que tuvo que hacer el gobierno, el resultado del equilibrio fiscal se conseguirá transfiriendo algunos gastos a las provincias, pero aumentando la presión fiscal al sector privado.

Esto derivará en que el año próximo será el de mayor presión fiscal de historia, llegando al 44% del PBI.

A partir de esta nueva fórmula presupuestaria, las provincias no recibirán más el Fondo de la Soja, aunque tendrán compensaciones, pero deberán asumir el subsidio al transporte público.  También se creará un fondo compensador con los que se obtenga de las nuevas alícuotas de Bienes Personales para asistir a algunos municipios que son el poder concedente del servicio y carecen de recursos para hacer frente a los subsidios.

Hay muchas quejas del sector privado, aunque en el trámite legislativo se eliminó Bienes Personales para el campo. No obstante, para muchos es muy complicado avanzar por el costo del crédito. Algo de esto se vio en las ofertas del Bono Fiscal de Mendoza, donde hubo menos ofertas que el año pasado y muchos de los oferentes son empresas que habitualmente cuentan con flujos continuos y podrían encarar los proyectos sin recurrir al crédito.

El panorama luce muy complejo en el corto plazo y, quizás, haya que esperar hasta fin de año para saber si es posible visualizar el futuro como lo cuenta el gobierno. Mientras tanto, habrá que atravesar tiempos turbulentos.

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