A nadie le gusta mudarse seguido. Si bien implica un nuevo comienzo, el ir de un lado a otro con muebles, transporte, y demás; realmente genera un dolor de cabeza. Lo primero que tenés que considerar es eso, lo psicológico. Cuando más pragmáticos seas, y entindas que la pesadilla tiene un fin, más fluido saldrá el resultado.
Hablamos de una oportunidad de empezar de nuevo y de cambiar todo lo que antes no te gustaba: decorar nuevos espacios, aprender de los errores y descubrir nuevos rincones favoritos son algunas de las cosas buenas. Las malas, que las hay, pasan rápido.
En cualquier caso, la oferta actual de empresas que ofrecen este servicio va desde el alquiler de la furgoneta, únicamente, hasta que, dando los datos de una dirección y de la otra, te coloquen todos los elementos a puesto. Así, tal cual. Llegarás a un hogar por estrenar con los platos en los estantes y las sábanas limpias y puestas.
Con estos tips, podremos llegar a disfrutar del cambio. En realidad, tiene algo de terapéutico. Si no nos crees, sigue leyendo.
Presupuesto
Lo suyo es que decidas una cantidad fija de dinero que te querés y podés gastar durante la mudanza. De esta manera, podrás decidir si vale la pena hacerla vos mismo o si preferís contratar una empresa de mudanzas.
Otra opción muy pro: hacé una lista con lo que te vas a llevar, lo que vas a dejar en un almacén, lo que vas a regalar/vender y cuáles son los objetos que vas a tirar.
Con ello, será simple conocer el volumen y determinarlo a las posibles empresas de mudanzas.
Plan de acción
La planificación es la base para conseguir una mudanza tranquila. Conocés la casa de la que vienes y conocés la casa a la que vas, no necesitás aditivos. En el calendario podés marcar: los días en los que vas a guardar determinadas cosas, el día de la mudanza (día D), y los días en los que vas a colocar las cosas en la nueva casa.
De esta manera, vas a saber en todo momento cómo vas de tiempos.
Desprendete de lo innecesario
Estás ante la mejor ocasión para deshacerte de todo lo que no querés. Es un momento idóneo y catártico.
Cuantas menos cajas te lleves, menos dolor de espalda, más rápido colocarás los objetos en tu próxima casa, mejor te encontrarás en ella y más sensación tendrás de “volver a empezar”.
Una vez hecho esto, empaquetá primero las cosas que menos utilices pero querés conservar.
Limpia la nueva casa previamente
Lo agradecerás cuando llegués con todo el cargamento. Nunca volverá a ser tan cómodo tener todos los rincones accesibles. Podés hacerlo vos mismo o contratando un servicio. Será un tiempo/dinero bien invertido.
El kit básico
Hay cosas sin las que no podés desenvolverte en tu día a día. El consejo es que prepareé un kit con todas esas cosas básicas. Un pijama, dos o tres mudas, cargadores, medicinas. Y no le quités el ojo de encima.
Pase lo que pase con las cajas, tendrás cubiertas tus necesidades básicas. Eso te hará sentir que tenés la situación bajo control.
No gastés en cajas
Reciclá aquellas que tiran todos los días las tiendas o supermercados. Por cierto, las cajas tienen que ser de cartón duro, cuanto más resistentes, mejor. Por otro lado, las maletas con ruedas son ideales para libros y revistas. Organizá las cajas y etiquétalas
Te recomendamos que hagas las cajas por habitaciones, e incluso por muebles. Esta es la forma de que luego sea sencillo localizarlo y colocar las diferentes partes.
Cuando llegues a la casa nueva, deja cada grupo de cajas donde corresponda. Las cajas del salón, en el salón, las de la cocina, en la cocina, etc…
Es fundamental que las cajas vayan etiquetadas, no solo para saber exactamente lo que hay en cada una, sino también para poder llevar un recuento e inventario.
Intentá no dejar ninguna sin colocar. Ya sabemos que si dejás sin abrir una caja más de cinco días, se quedará meses esperando en una esquina llena de polvo.
La música
Acompañá siempre la mudanza de música. Ayuda a concentrarse, a mantener el ritmo y a no agobiarse. Incluso convierte el trabajo en algo ameno.
Por último
No dejés para más adelante esas pequeñas cosas que te hacen feliz. Es primordial que el tiempo que vivas en esa vivienda lo hagas como si fuese la definitiva, al final, nuestros días son nuestra vida en miniatura.