Son hermosas, llamativas y, por lo general, voluptuosas. Cada alfombra roja de premiaciones, galardones especiales, estatuillas más importantes a nivel de cine o televisión, e incluso música, las tiene entre sus invitadas más esperadas por el público y los fashionistas. Pero semejante expectativa no surge sólo por el peso de su nominación o entrega de premios, sino más bien responde al tipo de outfit que deciden mostrar para la velada.
Vestidos fastuosos, más lánguidos, menos o más jugados, laboriosos o meramente clásicos se superponen como piezas de ajedrez en cada alfombra roja, en donde la casa famosa hace gala del diseño elegido.
Sin embargo están aquellas que, aunque hermosas, repiten patrones que no suman clase ni elegancia a la propuesta.
La declaración más reciente en este sentido la realizó la famosa diseñadora de origen venezolano, Carolina Herrera, quien reveló a la revista Washington Post que no es fan de la tendencia de transparencias que las famosas, como Jennifer López y Beyoncé, están luciendo últimamente en las alfombras rojas.
“Tápense”, habría afirmado sin anestesia la diseñadora top. El curioso pedido surgió de la entrevista, fundamentándolo con más apreciaciones: “se supone que son íconos de moda y no llevan puesto nada. Esto se ha convertido en una obsesión ahora”, opinó la diseñadora al periódico americano.
Todo habría comenzado cuando la periodista y crítica de moda Robin Givhan le pidió su opinión a Herrera acerca de los vestidos populares que llevaron Beyoncé, Kim Kardashian y JLo a la gala del Met en mayo. Herrera le dijo a Givhan que considera que “para llamar la atención del público joven, varios diseñadores han caído en la tendencia de los cuerpos semidesnudos. Piensan que es muy moderno ir desnudo, o casi desnudo. Creen que con estos vestidos van a llamar la atención de los jóvenes, pero la respuesta es ¡no! En la vida tiene que haber algo de misterio”, sostuvo Herrera.
La diseñadora, reconocida por deleitar con propuestas de creaciones delicadas y ultra sofisticadas, en las que los auténticos protagonistas son los aditamentos que potencian la feminidad y la clase (según la colección: flores, plumas, estampadas, etc.) es definida en el medio, como una embajadora del buen gusto.
Ligereza y sencillez en los materiales, colores y siluetas soñadas en los más diversos tonos (como el amarillo brillante, corales, azules cielos y rojos de su colección “Crucero”) definen a una mujer que se juega en el diseño, sin por ello dejar de lado su sello distintivo. Así se caracteriza a Carolina Herrera.
“Me encanta la idea de la elegancia y la complejidad, pero si se trata de una pieza de ropa o de fragancia, lo intrincado debe aparecer como la sencillez”, apunta Herrera en entrevistas internacionales.
El sentido de la estética la ha impulsado durante sus más de 20 años como diseñadora, de una manera impecable, en concepto y forma.
Por ello, y en contraposición a este estilo desnudo de algunas famosas, Herrera sostiene: “la moda se trata de proporciones. Si quieres llevar un escote muy revelador tienes que colocar los senos justo en el lugar adecuado si no ‘lucen como huevos fritos’, dijo en su entrevista con Washington Post.
“Para mí, la moda se trata de originalidad, sofisticación y belleza. Yo no soy parte del negocio de la moda, soy parte del mundo de la belleza”, concluyó.
