A diario miles de personas se suben a un ascensor, sin demasiado esfuerzo aprietan un botoncito y llegan a destino. Sin embargo, hay quienes viven esto con verdadera angustia y la situación se torna tan difícil de sobrellevar que prefieren evitarlo; si su condición física lo permite prefieren subir y bajar a la manera antigua, escalón por escalón.
La claustrofobia es una problemática minimizada por muchos de quienes la padecen y por lo cual no consultan al psicólogo, suponiendo que sólo deberán lidiar con ella como puedan.
Sin embargo, puede ocurrir que se agrave para pasar a generar dificultades para permanecer en cualquier espacio cerrado y transformarse en un obstáculo para la vida diaria.
Los profesionales aseguran que son muy pocos los que consultan por esta causa puntual, sino que aparece vinculada a otra fobia o se identifica en el marco de una terapia que había surgido por otro motivo.
“La persona reacciona con desesperación por miedo a ahogarse o sofocarse al quedar en el interior de un lugar cerrado que, además de ascensores, puede desatarse frente a todo espacio relativamente reducido como puede ser el subte, el tren, los aviones, los túneles o sótanos, los dispositivos diagnósticos como TAC o la resonancia magnética, las habitaciones pequeñas (como baños), teatros, cines, auditorios u otros”, señala un informe sobre el tema realizado por la Fundación Buenos Aires y miembros de la Facara (Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores de la República Argentina).
Temor exagerado
“Siento un pánico irracional porque no hay una amenaza concreta, por la sensación de estar atrapada. Si voy acompañada es más fácil, pero si hay escaleras las prefiero”, explica Flavia Fernández (36). Dijo que si bien tiene temor a los ascensores en general, son aquellos que desconoce los que le generan inquietud, especialmente los metálicos que están absolutamente cerrados y no permiten ver hacia afuera para percibir el movimiento. “En los que no conozco me da miedo cuando siento un ruido raro o si se quiere subir más gente de la que está permitido, en esos casos me bajo”.
Aclaró que de todas formas, últimamente ha logrado manejarlo respirando profundamente y mirando en el visor que marca los diferentes pisos para tener la sensación de movimiento.
El informe mencionado señala que tiende a ser un cuadro fluctuante y crónico, que no es ansiedad ni ataque de pánico, pero que presenta síntomas similares.
Entre ellos se incluyen la falta de aire, temor a morir asfixiado, taquicardia, sudoración, mareos y desesperación, sienten angustia y ansiedad.
El psicólogo Miguel Conocente explicó que hay que tener en cuenta cada caso en particular y los síntomas que se presentan. Lo que normalmente se implementa son actitudes de tipo evitativo que tienen consecuencias en las actividades. “Lo habitual es que el síntoma se amplíe y se agrave a tal punto que se puede llegar a sentir incomodidad en un centro comercial”, dijo.
Agregó que no hay una causa a la que pueda asociarse, pero siempre hay algo más a lo que esta vinculado.
Enfrentarlo es la solución. Así lo destacó un psiquiatra local, quien recomendó no evitarlo, sino confrontarlo haciendo en todo caso una preparación previa. “Lo problemático de la fobia es que resulta muy restrictiva para la vida de la persona, porque si vos tenés que ir a trabajar en algún momento te vas a tener que enfrentar”. Dijo que se hacen tratamientos generalmente con terapias de tipo cognitivas, enfocadas en todo tipo de fobia y si con eso no es suficiente y la persona debe subirse asiduamente se puede usar medicación.
Seguridad
Según sostuvo Adrián Fuente, secretario de la Cámara Cuyana de Ascensores, “la caída de un ascensor es en teoría casi imposible por la cantidad de sistemas de seguridad instalados en los mismos (...)”. Y agregó: “En la realidad casi siempre que se dice que cayó un ascensor, es sólo que por algún desperfecto no se detuvo donde debía”. De todas formas hizo hincapié en la necesidad de realizar el mantenimiento adecuado.
Subrayó que nunca se debe intentar salir solo del ascensor detenido. Mantener la calma, llamar al número de urgencias que debe figurar en la cabina o accionar la alarma. Respecto de la falta de aire disponible en caso de tener que esperar dijo que siempre será suficiente, mientras que mencionó que es el medio de transporte más usado en el mundo y con menor índice de accidentes.