Se acerca la época del año en que nos reunimos para encender una vela, comer, brindar... Es una temporada apreciada y temida a menudo en igual medida. Sin embargo, aunque asistimos a la fiesta de fin de año de la empresa o una posada con la familia parezca una carga, los científicos sociales y otros expertos argumentan convincentemente que la unión hace la fuerza: las reuniones son buenas para nuestro cuerpo y nuestra alma .
"Nuestras conexiones sociales con los demás tienen una influencia poderosa en la salud y la longevidad", escribieron Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología en la Universidad Brigham Young, en su 2018 evaluación de estudios sobre relaciones sociales y salud física. El apoyo social no sólo es un amortiguador en contra del estrés, sino también la ausencia de conexiones calificables como un factor de riesgo para la mortalidad prematura, casi tanto como los riesgos de salud asociados con la obesidad.
La buena noticia es que muchos caminos llevan a las conexiones. El apoyo social quizás implique darse consejos, escuchar o darse un abrazo durante un episodio estresante, hacer que alguien se sienta incluido en un contexto de socialización o dar apoyo tangible, como darle comida o llevarlo en auto. Además, los beneficios a largo plazo son importantes: las primeras investigaciones de Holt-Lunstad determina que las relaciones sólidas pueden mejorar nuestra longevidad.
Las fiestas ofrecen una enorme gama de oportunidades para dar y recibir ese tipo de momentos que dan alegría. Robin Dunbar, profesor emérito de Psicología Evolutiva en la Universidad de Oxford, dice que las comidas en especial son un gran ejemplo. “Nos ayudan a establecer una comunidad, crear y mejorar relaciones con familiares y amigos”, consideró.
Además, comer en grupo libera endorfinas, neurotransmisores que interactúan con los receptores de los opiáceos en nuestros cerebros y detectan una sensación de vínculo y sentimientos de bienestar. Sin embargo, el hallazgo inesperado de la investigación de Dunbar es la importancia de estas reuniones se debe menos a la comida y más a qué -y quién- la rodea.
Conexión adecuada
Priya Parker, autora de “The Art of Gathering: How We Meet and Why It Matters”, dice específicamente que pasemos menos tiempo enfocados en las decoraciones o reflexionando acerca de cómo creemos que debe lucir una reunión y más tiempo pensando en las cosas que apoyan estas conexiones.
Comiencen, sugiere, con una pregunta sobre las intenciones: "¿Qué necesita esta familia, compañía o grupo de amigos este año en esta ocasión de reunión?". Esa respuesta será la columna vertebral y cambiará la manera en que debe estructurar el evento. Después preguntá a algunos de tus invitados cómo les gustaría que se desenvuelva la reunión, y después sigue adelante. Si te dicen: "¿A qué te refieres? Es una tradición". Entonces preguntá: "¿Por qué es una tradición?". Si las tradiciones necesitan modificación (no es el caso de todas), ahora tienen las condiciones óptimas para que haya un cambio.
Estas preguntas abiertas fomentan la participación donde quizá había apatía. “Así, por ejemplo, si el propósito de este año es la generosidad, invita a todos”, aconseja Parker. “Invita a tu casa a alguien que no tenga dónde celebrar. Y después involucralos de manera significativa”, agrega.
Esa conexión es lo que Parker llama una "apertura" y es en lo que indica que reflexionemos mucho. "Si eres el anfitrión, ¿cómo creas significado en esos primeros momentos?", enfatiza. "Vas a la puerta y das un abrazo a tus invitados. Les das un trago. Pero, en algún momento, haces sonar tu copa y le dices a todos: "Son bienvenidos. No es accidente que estén aquí conmigo".
Parker es facilitadora de grupos con experiencia en la resolución de conflictos; entiende que la reunión no siempre es fácil, sobre todo cuando se trata de nuestros seres queridos. “Las familias son diversas, complejas y siempre cambiantes, y como con cualquier otro grupo, las necesidades no son estáticas”, señala.
Es importante entender qué es lo que más necesita la familia este año, tomando en cuenta los sucesos y las pérdidas recientes. "Si es el primer año después de la muerte del abuelo, ¿queremos practicar la misma tradición?", Ejemplifica. "Oh, si ha sido un año muy difícil para algunos miembros de la familia, quizá la necesidad más importante simplemente estar juntos, divertirse y prohibir la política. O, si callando ciertas cosas hemos creado más distancia en la familia, entonces la necesidad más apremiante quizá sea tener conversaciones específicas", enumera.
Apertura contagiosa
Alice Julier, socióloga y autora de "Comer juntos: comida, amistad y desigualdad", explica que conectarnos con el que está sentado enfrente de nosotros podemos ayudarnos a cambiar las percepciones sobre el mundo que nos rodea. "Las comidas familiares son donde la gente se une y aprende las reglas de la vida", dice.
Sin embargo, cuando comemos con personas ajenas a nuestra familia, algo extraordinario puede resultar: "Al comer juntos, sobre todo cuando se comparte el trabajo de preparar la comida, la gente se pone al mismo nivel. Las comidas compartidas tienen el potencial de conectar a la gente a pesar de las diferencias", explica.
Mientras te diviertes preparando comida o comiendo, ábrete con tus invitados, y pídeles que hagan lo mismo.
"Compartan historias. Compartan experiencias en vez de opiniones", dijo Parker. "Para el Día de Acción de Gracias, por ejemplo, otra manera en que podrías preguntar '¿De qué estás agradecido?' es decir: 'Cuéntanos una historia -una experiencia de este año que nadie en la mesa haya escuchado- y cómo se relaciona con tu entendimiento de la gratitud, la comunidad, la cosecha'", sugiere.
La necesidad de identidad, dice Julier, es "parte de nuestra humanidad". Hay una tensión, reconoce, "entre la necesidad real de practicar un ritual y un deseo real de estar en pijama con mi perro y mi gato". Y advierte: "Me parece que necesitamos ambas cosas en este momento. Ser social conlleva trabajo. Es un tipo de esfuerzo que debemos realizar como humanos. Pero lo mejor es que tiene sus recompensas ".
¿Qué necesita esta familia, compañía o grupo de amigos este año? debe ser la pregunta para organizar el encuentro.