Opinión
Alberto Fernández no nació de un repollo
No nos engañemos y digamos las cosas como son: este último gobierno peronista fue el cogobierno de Cristina y Alberto. Como el titiritero mister Chasman y el títere Chirolita. Una daba las órdenes y el otro recibía los sopapos. A fines del año pasado no estalló un gobierno malo de cuatro años, sino un régimen pésimo de casi 20 años. Y ahora, con el affaire del golpeador golpeado, acaba de estallar del todo y para todos. Acá mucho más que una responsabilidad individual, hay una responsabilidad colectiva que el peronismo se niega a aceptar porque carece de capacidad para la autocrítica, lo que le permite seguir sobreviviendo, pero le impide absolutamente renovarse o mejorar.