Opinión
El último “No” de Cristina
La última renuncia a postularse parece tener los elementos de un pronunciamiento definitivo. A lo que renuncia Cristina es al riesgo de sufrir una derrota.
La última renuncia a postularse parece tener los elementos de un pronunciamiento definitivo. A lo que renuncia Cristina es al riesgo de sufrir una derrota.
El discurso reiterado que alude a inexistentes proscripciones puede generar un escenario tenso. Además,esta inapropiada forma de proceder pareciera querer dejar de lado el debate que realmente deberían dar las fuerzas políticas de cara a las elecciones, que pasa por el deterioro de la condición social de una gran parte de la población.
La admisión por Cristina Kirchner del derrumbe social al que condujo su ideología es dramática: por primera vez en democracia coexisten un bajo índice de desocupación (6,3%) con un alto nivel de pobreza (40%). La vicepresidenta le confesó al PJ que bajo la conducción kirchnerista de dos décadas quedó enterrado el paradigma peronista de la movilidad social ascendente.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de suspender las elecciones de gobernador en las provincias de San Juan y Tucumán hasta tanto se dicte resolución definitiva, es una medida más que razonable.
La lógica de los caudillos provinciales del peronismo se divorció el año pasado de los destinos del gobierno kirchnerista. A tal fin diseñaron complejas ingenierías para la disociación.
Esteban Bullrich se destacó siempre por su correcta conducta y firmes convicciones humanísticas y religiosas que, sin duda, sustentan su actual esfuerzo por poner en marcha un sendero de diálogo y reconciliación entre la dirigencia política.
De cara a sus contradicciones con Massa y con Fernández, reaparecieron las versiones sobre una eventual candidatura de Cristina Kirchner a la presidencia. La inflación puede esperar. En la principal oposición, Patricia Bullrich desafió a la vicepresidenta a que se presente.
Dicen muchas encuestas que si las elecciones fueran hoy Milei sería presidente. De ahí las alarmas que se esparcen por los bunkers políticos y resuenan en el círculo rojo.
El exlegislador de Juntos por el Cambio realizó un llamado para construir un país en base al diálogo y al consenso. Estuvo presente Juan Grabois y legisladores del Frente para la Victoria.
El ministro Massa no se percibe como ministro, sino como presidente de facto, en tránsito posible hacia la presidencia de iure. El caso de la vicepresidenta es distinto. Massa todavía imagina un abordaje al barco; Cristina saluda desde un bote de evacuación.
Alfredo Cornejo se ofrece como un político de orden frente a la anarquía creciente, convencido de que en un país que vuelva a crecer Mendoza crecerá más. Omar De Marchi se propone como freno a la concentración del poder que supone encarna Cornejo. Y el peronismo local deambula en busca de un destino que no encuentra, el cual hoy comenzará a definirse con sus elecciones municipales. Una Mendoza que se está políticamente rearmando.
El poder político nacional se ha alzado no contra el mal funcionamiento de la justicia, sino contra la justicia constitucional en sí misma.
El país terminará el año con 40 mil muertos de la peste y el penúltimo lugar en el ranking de los que gestionaron de manera más ineficiente la emergencia.
Si se quiere un acuerdo integral entre todos los sectores de la comunidad nacional, primero es preciso resolver la interna de la coalición gobernante y luego ser generosos y abiertos en el llamado a acordar.
Cristina apunta a un amplio disciplinamiento social. El látigo comienza por los jueces y los periodistas. Son sólo el medio. El fin es la ciudadanía.