Opinión
Apuestas opuestas sobre el éxito o fracaso de Milei
La actitud de Macri con respecto al posicionamiento político de su partido, Pro, define un posicionamiento con respecto al gobierno libertario.
La actitud de Macri con respecto al posicionamiento político de su partido, Pro, define un posicionamiento con respecto al gobierno libertario.
El compromiso que asumirán la Nación y las provincias debería marcar el comienzo de un saludable reordenamiento institucional.
El reciente cruce de acusaciones entre Milei y el Presidente de Gobierno de España animó una serie de interrogantes sobre los alcances de la libertad a la que tanto se refiere el primer mandatario argentino.
El plan de gobierno que desvelaba al Ejecutivo nacional también es mirado con afecto por las provincias, siempre necesitadas de fondos.
El caso del ex-gobernador José Alperovich se trata de la primera vez en la que una persona de enorme poder político y económico llega a juicio y a una justísima y lapidaria condena. Con más razón por tratarse de una de las conductas humanas más miserables y repugnantes.
Algo está mal en un gobierno si nadie le dice al presidente algo tan obvio como que no está allí para liberar sus furias y fobias, sino para irradiar lo que debe irradiar un mandatario: serenidad y respeto.
La aprobación de la ley permitirá al Poder Ejecutivo avanzar con las medidas prometidas, respaldadas en el notable apoyo que obtuvo en las urnas el sector que encabeza Milei. Pero es totalmente repudiable el cuadro de violencia que se vivió en las calles cercanas al Congreso durante la mayor parte del debate en el Senado.
La Argentina necesita en estos tiempos el diálogo político que asegure la gobernabilidad. Debe observarse que en sus seis primeros meses de gestión el Gobierno no ha logrado del Parlamento la aprobación de una sola ley. El Poder Ejecutivo necesita su herramienta de gestión, que indudablemente es la denominada Ley de Bases,
Si no obtiene de sus socios (opositores dialoguistas) una porción de funcionarios adeptos a sus ideas, este gobierno será el intento cojo de un docente entusiasta, de plasmar sus lecciones con una administración opuesta y testaruda.
El apoyo social al Presidente continúa siendo sólido y quedó de manifiesto -sin necesidad de movilizar aparatos, ni montar la actuación de un panic show- en la celebración del 25 de Mayo en Córdoba. Hizo un discurso conciliador, a tono con sus limitaciones institucionales.
Es necesario que nuestro Presidente tenga en cuenta que ser libertario no le da derecho a ninguna ofensa internacional, sino más bien a tener presente que: “En política exterior no existen Estados ideológicamente amigos o enemigos, solo existen intereses permanentes”.
En los hechos, la discusión de la ley Bases se convirtió en la negociación de un nuevo pacto fiscal entre la Nación y las provincias.
Resultó muy oportuna la primera presentación del jefe de Gabinete de la Nación, Nicolás Posse, en el Senado. De llevarse a cabo las iniciativas que espera concretar la nueva administración nacional en cuanto a la reforma del Estado, la presencia de Posse periódicamente en el Congreso motivará en más de una ocasión intercambios siempre necesarios y enriquecedores mientras se realicen en el marco de la discusión política que necesitan las instituciones del país.
Es el doloroso gradualismo de la recuperación. Para hacerlo más concreto, a Milei le urgen las reformas normativas que de a ratos dice que no necesita, pero sí.
Como nunca, el país necesita de un proyecto de crecimiento que determine las áreas por promover y las políticas destinadas al logro de los objetivos propuestos. Nada de ello será posible si sólo se presta atención a gráficos y a estadísticas, y a la eventual aprobación de leyes que por sí solas no cambian nada.
Circula en el ambiente un deseo manifiesto de destituir a Milei. Y simultáneamente un silencio ruidoso de quienes lo sostienen.
El periodista y el dirigente del Polo Obrero se cruzaron por el paro general en vivo en “Mañanísima” y Carmen Barbieri no pudo mediar entre los gritos y agravios.
La Ley de Bases representa una reacción de la inmensa mayoría de la sociedad argentina ante la evidencia del fracaso rotundo de la alternativa del populismo.
La media sanción de la ley Bases comenzó a desequilibrar el bloqueo en favor del Gobierno, situación que sólo habrá de consolidarse si el Senado ratifica esa norma. Si esa inercia se confirma, la escena dominante proyectará una novedad: la polarización entre mileismo y antimileismo, con apoyo social inicial y predominante para el primero.
De los meses iniciales de la actual gestión a estos días se advierte un avance democrático muy saludable. El Gobierno y su reducida fuerza en el Congreso y la oposición dispuesta a apoyar parecen haber advertido que el momento difícil que vive la Argentina hace imprescindible el diálogo entre las partes. Queda el trámite del Senado.
Milei ha demostrado que usa de manera pragmática dos modos de relación con la política: una descalificación discursiva que dispara en general como metralla al bulto, y una negociación más transaccional que aplica en dosis homeopáticas. Tras la marcha, reaccionó primero con las vísceras y moderó después su evaluación.
O Milei vive en una burbuja desinformada, o sabía de la maniobra senatorial y optó por no desbaratarla. Propenso a la comunicación instantánea por redes sociales, al Presidente le hubiese bastado un tuit para voltear todo.