Opinión
El relieve hecho metáfora
EL vocablo volcán, metafóricamente, se le aplica a la persona muy impetuosa o ardorosa: “No confíe en él, porque si bien es aparentemente tranquilo, de golpe entra en erupción como un volcán”.
EL vocablo volcán, metafóricamente, se le aplica a la persona muy impetuosa o ardorosa: “No confíe en él, porque si bien es aparentemente tranquilo, de golpe entra en erupción como un volcán”.
La lengua no deja de evolucionar y cada región la adapta de acuerdo a sus usos y costumbre. Es por esto que una usuaria de Twitter reavivó la polémica por el uso de regionalismos. Qué dice la RAE.
Esta confusión vocálica entre la “a” y la “e” la hallamos en dos voces muy usadas en Mendoza: “comisaría”, que se confunde con *comisería y “angarilla” que es confundida por *engarilla.
Encontramos ejemplos en dos palabras, como en “Viene siempre de mal humor”, y en una sola, como en “Su malhumor es habitual”. Como la forma más usada es la que toma dos términos, el plural es “malos humores”.
Otra locución es “saber perder” o “tener buen perder”, expresiones que se usan para señalar que debe mostrarse ecuánime el que ha tenido alguna pérdida en el juego o en algún trance aleatorio. En cambio “tener mal perder” indica, en las mismas circunstancias, que la persona se siente molesta.
“Corrupto” funciona como adjetivo, con el significado de que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar”.
Cuando un metal se confunde con otro, se usa el verbo “alear”. Mientras que “aleación” se define como “producto homogéneo obtenido por fusión”.
El verbo “guitarrear”, también registrado en diccionarios de lunfardo con el valor de “charlatanear, improvisar sin conocimiento, opinar de cosas o temas que no se dominan”.
También en lenguaje figurado, pero hablando coloquialmente, se dice “hacer bajar la cola a alguien”, significa que se le humilla su soberbia por medio de un reproche o de un castigo.
En Chile, cuando alguien adula a otro pues hace o dice algo que presuntamente lo halaga, se afirma que “hace la pata”.
“Se pasó de castaño oscuro”: aquí se ha querido indicar que se ha ido más allá de un punto determinado y que se han excedido los límites.
Si me siento infeliz y me autocompadezco, puedo expresarlo a través de la locución interjectiva “¡pobre de mí!”, pero si le digo a alguien “¡pobre de vós!”, lo habré proferido en tono de amenaza.
Cuando una persona arregla una cosa estropeando otra, se dice que “desnuda a un santo para vestir a otro”. Lo mismo expresa la locución “quitar de un santo para poner en otro”.
Según las academias del idioma español, es una que se puede pronunciar pero que sin embargo no puede pasarse a papel y lápiz de la misma manera. ¿Cuál será?
“Diablo” viene del vocablo griego “diábolus” que indicaba “el que separa o divide y creo odio, cólera o envidia”
Decir que algo “no tiene cabo ni cuerda” indica, coloquialmente, que está tan lleno de dificultades y contradicciones que no se sabe ni cómo aclararlo ni por dónde se ha de empezar.
Se denomina DIWCA. Un grupo de investigadores elaboró el este compendio bilingüe y pluridialectal. Representantes de la lengua wichí de las provincias de Formosa, Salta y Chaco participaron de su creación.
Durante las últimas dos décadas, los videojuegos han pasado de ser un pasatiempo popular a convertirse entretenimiento, deporte y fuente laboral. Con ellos, nuevos términos aparecen en el mapa de la comunicación, sobre todo, de los más jóvenes.
Cuando la lucha por una meta se da en un pie de igualdad entre varios se dice que lo hacen “brazo a brazo”, esto es, cuerpo a cuerpo y con iguales armas.
Si las cosas están “en su punto” significa que se encuentran en el estado de perfección que les corresponde. Y si lo aprecian debida y justamente será porque “lo pusieron en su punto”.
Desde pequeños tenemos grabadas en nuestra memoria nociones geométricas que vamos a utilizar para que nuestro pensamiento se comprenda adecuadamente.
Si una persona se muestra muy contenta por algo que acaba de obtener, se usa la locución adjetiva coloquial “como niño con zapato nuevo”.