Opinión
La extorsión del guardián desprevenido
Hay un Alberto Fernández que vendió algo que no tenía y otro con el mismo rostro, preocupado porque no lo puede entregar. Uno de los dos es falso. O tal vez los dos.
30-08-2020
Hay un Alberto Fernández que vendió algo que no tenía y otro con el mismo rostro, preocupado porque no lo puede entregar. Uno de los dos es falso. O tal vez los dos.