Opinión
A dos diciembres de distancia
Cristina Kirchner llegará a los veinte años de su cansado proyecto político ofreciendo sólo nostalgia.
Cristina Kirchner llegará a los veinte años de su cansado proyecto político ofreciendo sólo nostalgia.
Es de esperar que el interés por el derrotero de nuestro país se imponga en la dirigencia política en general. Hoy sólo observamos un lamentable vedetismo a contramano de las necesidades de la gente.
En esta oportunidad Suárez encabezó conversaciones con los intendentes peronistas capaces de acordar su plan de obras cuando todavía no se intensificaban las diferencias internas por la conducción partidaria del PJ. A intendentes peronistas como Félix, Stevanato, Righi y Aveiro, en el equipo de Suárez les reconocen que no hacen siempre de la gestión una pelea frecuente con el gobierno provincial.
En la oposición no todos piensan igual -a veces, ni parecido- sobre lo que conviene hacer desde el Estado con el Estado.
En cualquier caso, la sociedad no tiene por qué estar expuesta a semejante manoseo de las normas que regulan las elecciones.
Entre los que confunden y engañan con los conceptos están los que se apoderaron de la palabra “progresismo” de una manera que horrorizaría a quienes adscribieron históricamente a esa corriente de raigambre liberal.
Massa debe recurrir al FMI porque en el país no tenemos ingreso genuino de dólares vía exportaciones ni radicación de capitales.
Con la vara baja de sus opositores, ni bien terminó la votacion del Presupuesto, el kirchnerismo saltó con urgencia a voltear las PASO. Cambiar las normas electorales sobre la marcha sólo porque Cristina ha perdido la conducción del peronismo.
Ante el riesgo de quiebra, los peronistas quieren dividirse las acciones de la empresa de la que formaron parte por 40 años, aunque ésta haya resultado fallida.
El sistema populista no da más pero nos deja una sociedad en bancarrota. El problema es que hay que hacer cosas que no se hicieron nunca y que tampoco se sabe cómo hacerlas.
El gobierno de Alberto-Cristina pretende achicar el gasto para cumplir con la meta del FMI, pero en dosis homeopáticas, y sin voluntad ni convicción. El modelo de Massa cerca del abismo.
Al Presidente argentino lo define muy bien el soneto de Joaquín Sabina: “Hazte un favor, dime que estás herniado de parodiar parodias de tí mismo”.
Cristina y Alberto se están fugando de una realidad que ya no controlan en absoluto. Ella se hace opositora de su propio gobierno. Él se fuga a Gran Hermano.
A pesar de encontrarse cerrada la discusión de la minería por parte del Gobierno, el proyecto promovido por el intendente de Malargüe despertó el interés de quienes están a favor de la actividad. El diputado Germán Vicchi propone, mediante modificación del art. 52 de la Constitución local, que quienes sean propuestos para sumarse a la Corte no hayan ejercido cargos políticos en los años previos.
Bolsonaro se acerca mucho a Lula pero aunque pierda, el poder que acumuló detrás de la primera vuelta complicará la gobernabilidad de Lula.
Massa se imagina como el único candidato presidencial viable del oficialismo en 2023, sólo si logra contener la inflación, aunque sea a la mitad de índice actual.
La historia de un fiscal queriendo hacer justicia contra viento y marea, y la de un presidente que le dice métale doctor, es la utopía democrática que una vez ocurrió.
Esta película, sin tomar partido, sólo contando la historia tal como ocurrió en 1985, nos recuerda que en aquel entonces la bandera de los derechos humanos fue levantada de manera universal y no facciosa.
El día a día de la gestión no da tregua y lleva al Gobernador a pensar en cómo sortear los obstáculos con los que siempre lo espera el justicialismo legislativo. Ahora, con los créditos para obras. La encuesta conocida en la semana motiva al radicalismo, en especial a Suárez, a pensar en la posibilidad de que Cornejo deje la escena nacional y vuelva a intentar ser gobernador.
Cristina conduce con la ambigüedad. Siempre hubo un kirchnerismo para protestar y otro para gobernar.